No, no es la muñeca del ‘Juego del Calamar’, tampoco se trata de ‘Tlali’, la escultura indígena que pretende reemplazar la estatua a Colón. Ella es ‘Bihar’, la escultura del artista tapatío Rubén Orozco que se ha robado todas las miradas de Bilbao, España, debido a que respira y se hunde al compás de la marea. Dando la impresión de que ‘la niña’ hiperrealista se estuviera ahogando en diferentes momentos del día.
Con la cabeza de dos metros y rasgos fisiológicos casi humanos, la escultura ha logrado desconcertar a los ciudadanos. Algunos pensaban que realmente se trataba de alguna persona en apuros, otros más, se imaginaron que era una especie de homenaje póstumo a alguna niña que había sufrido un accidente.
Sin embargo, el rostro de Bihar (Mañana en euskaro), que se asoma entre las aguas turbias del río ‘Nervión’ –uno de los más grandes de la península ibérica- busca promover la reflexión sobre el cambio climático, fomentar el debate de la sustentabilidad, así como incitar al diálogo en torno al futuro de las próximas generaciones.
La escultura, se trata de una campaña de la ‘Fundación BBK’, que trabaja a favor de la entidad crediticia española, con el objetivo de que la gente tome conciencia de sus acciones le pueden hundir o salir a flote, tal como ocurre con la escultura que alcanza 2.50 metros de profundidad, 1.92 de ancho y 1.69 metros de alto, el equivalente a once veces más grande que la cabeza de una niña de 10 años.
Comprometida con la generación futura
De acuerdo con la organización, a medida que la marea sube y baja, la figura hecha con fibra de vidrio y pintada a base de resina translúcida, Bihar, con un peso aproximado de poco más de una tonelada, representa una epifanía de lo que puede ocurrir si “seguimos apostando por modelos insostenibles como los que contribuyen al calentamiento global”.
Creada en algo menos de un trimestre, la obra de Rubén Orozco está ‘viva’, ya que oculta o se muestra a merced del agua, está instalada en una estructura de hormigón y hierro de aproximadamente de 3.5 metros de profundidad y tres toneladas de peso. Tal como menciona ‘La Vanguardia’, una escultura comprometida con la expresión de toda una generación futura.
La decisión de que el Orozco estuviera a cargo de la obra, fue fácil de tomar, ya que el arte del artista mexicano es único. El escultor egresado de la Universidad de Guadalajara, ha impresionado al mundo entero con su técnica hiperrealista, que de acuerdo con sus propias palabras, es el “arte más puro y el más difícil de reproducir en masa”.
Con exposiciones en San Luis Potosí y otras partes de la República Mexicana y el extranjero, el trabajo de Rubén Orozco, se caracteriza por la pulcritud en los detalles. Además de ‘Bihar’, el escultor ha recreado la imagen de Frida Kahlo, de David Bowie, del mismísimo Guillermo del Toro, utilizando cabello humano en pestañas y cejas, para darle a sus obras mayor realismo. No cabe duda que se trata de un ¡orgullo mexicano!