Los hemos visto por todos lados, aunque sus lugares favoritos son las convenciones de anime y otros tópicos. Ya sea con un afiche colgado entre sus ropas o un cosplay bastante producido, el otaku es -se vale decirlo- una parte esencial de la cultura pop de nuestros días.

Hoy más que nunca, en el auge de las redes sociales y la vastedad de la industria del entretenimiento, esta subcultura de origen japonés se expande por el mundo y sigue su curso. Cada día hay más personas que encuentran su sitio y su lugar en el mundo en esta llamativa tendencia de la cultura geek internacional, que como todas las cosas tiene un génesis.

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Este 15 de diciembre se celebra el Día Internacional del Otaku y seguro que más de uno, después de tanto tiempo, se preguntará qué onda con el concepto. Pues bien, hoy en medio de la celebración, es momento de averiguarlo para que  disipar la duda y entenderlo mejor.

Origen etimológico de la palabra ‘otaku’

Como cualquier cultura o subcultura en este caso, el otaku tiene un slang. Las personas identificadas dentro de este ámbito utilizan un lenguaje particular para referirse ciertas cosas como parte de su identidad. Pero esa identidad, que con los años se ha cimentado, parte del propio significado de la palabra que hoy queremos desmenuzar.

De entrada, su origen etimológico ni siquiera tiene un acercamiento con la cultura geek. En su raíz etimológica, ‘otaku’ es un vocablo para referirse al hogar de otra persona de manera venerable (O= honor/taku: casa). Pero el lenguaje cambio y el significado de hoy en día es otro.

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La evolución del significado

Es común que en la parte occidental del mundo se use el término ‘otaku’ algunas personas abracen el término de manera un tanto despectiva, pero en el balance general tiene una connotación menos peyorativa que en su país de origen.  En Japón, el término evolucionó a principios de la década de los 80 para referirse a una persona que tiene un fanatismo desmedido o una afición enfermiza por cualquier cosa (no necesariamente un manga o un anime).

La nueva aplicación de término se le atribuye al escritor y periodista Akio Nakamori, quien en su obra manga Burikko hizo una descripción estereotípica de la persona como “alguien que se sienta al fondo de un salón de clases, de presencia inadvertida, amante de la ciencia que pasa las horas frente a la computadora. En todo caso, serían la contraparte del geek, del nerd o del friki en las culturas de occidente.

Akio Nakamori. Foto: Especial

Con el paso del tiempo el boom del anime en la década de los 90, la connotación de la palabra ha cambiado y ha dejado utilizarse, tanto en Japón como en Occidente, como un concepto negativo en su uso más general. Hoy el término se abraza con más efusividad por quienes se identifican con él  como una seña de identidad para quienes buscan un espacio de diversidad, como pasa en cualquier otra tribu urbana o subcultura.

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Editor de Música en Sopitas.com; a veces escribo y hablo de otras cosas. Egresado de FES Aragón UNAM. Los gatos y la música son necesidad absoluta.

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