Uno de los escándalos más sonados en los últimos años dentro de la industria de la música, es el Fyre Festival, el cual se llevó a cabo en el 2017, aunque no de la manera en la que los asistentes esperaban.
Planeado por Billy McFarland y el rapero Ja Rule, este evento de música se creó para ser la competencia directa del festival Coachella, el cual se realiza durante tres días en Indio, California, y que se ha consolidado como uno de los eventos de música más importantes del mundo, en el que conviven bandas importantes, agrupaciones emergentes, y que cada año cuenta con la presencia de famosos, influencers, etc.
El Fyre Festival se iba a realizar durante dos fines de semanas en una isla en las Bahamas –que supuestamente le había pertenecido a Pablo Escobar– y le daría la oportunidad a las personas de vivir una fiesta de lujo con bandas de renombre, una hermosa vista al mar, alojamiento cinco estrellas, comida gourmet, además de fiestas privadas a bordo de yates y acompañados de algunas de las modelos o artistas más importantes de la actualidad. Todo eso por un pago de miles de dólares que para muchos, valía cada centavo.
Como varios saben –si no les recomendamos ver en Netflix el documental FYRE: The Greatest Party That Never Happened–el festival se realizó, aunque en situaciones deplorables: con tiendas de campaña llenas de agujeros, colchones mojados, bandas canceladas, falta de agua, alimentos, y la imposibilidad de salir de ahí en un buen rato para varios asistentes, quienes a través de Twitter comenzaron a quejarse de la estafa que les habían hecho.
Al final, Billy McFarland fue condenado a seis años de prisión por el delito de fraude. Y si bien todos podríamos pensar que ahí se acabó la cosa, al parecer el fantasma del fallido Fyre Festival no sólo perseguirá a Billy por un buen rato, también lo hará con todas las celebridades y artistas que se vieron involucradas de alguna manera en esta estafa, y quienes han comenzado a ser demandadas.
De acuerdo con el Wall Street Journal, Gregory Messer, síndico encargado de supervisar la bancarrota de Fyre Media –empresa responsable del festival y que fue creada por McFarland–, interpuso una demanda contra las celebridades a las que se les pagó para promocionar el Fyre Festival o fueron contratadas para presentarse en el evento, tal y como fue el caso de Pusha-T, Migos, Lil Yachty, Kendall Jenner, Emily Ratajkowski, Blink-182, entre otros.
Messer afirma que el dinero que se le pagó a estas celebridades y sus respectivas agencias fueron parte del elaborado “esquema de McFarland para estafar a los inversionistas”, por lo que pide que sea regresado. La meta de Gregory Messer es recuperar el dinero y devolvérselo a todos los que invirtieron cerca de 26 millones de dólares para que el evento de música se llevara a cabo.
El portal Variety, por su parte, informó que Kendall Jenner y Emily Ratajkowski están siendo demandadas por la cantidad de 275 mil y 300 mil dólares respectivamente, esto por las publicaciones de Instagram que a ambas se les pagó para hacerle promoción al Fyre Festival. Y también, porque al final ni ellas ni sus agencias informaron a sus seguidores que no asistirían al evento.
La demanda también contempla a la agencia que representa a Blink-182 y a quien están exigiendo 585 mil dólares; a la de Lil Yachty y Migos, por 350 mil; y de igual manera a la que maneja a artistas como Pusha T, Desiigner y Tyga, a quienes piden 730 mil dólares.
La fuente también afirma que Messer también quiere que la corte anule la transferencia de 14.4 millones de dólares que se hicieron a Fyre Media, pues afirma que de todo ese dinero, 11 millones fueron gastados por McFarland en cosas personales, como estadías en hoteles cinco estrellas, restaurantes de lujo, ropa, etc. Qué abusado nos salió ese Billy…
https://youtu.be/uZ0KNVU2fV0