Las posibilidades de la televisión para contar historias han crecido con el tiempo, son más diversas, grandes y sorprendentes. Y no sólo es un atributo propio de la tecnología, sino de la libertad de los creadores para construir mundos nuevos y planteamientos complejos que ponen a reflexionar a las audiencias más allá de un triángulo amoroso, un drama adolescente o una comedia.

Algunas producciones nos han demostrado que son capaces de seguir esas mismas fórmulas, ya conocidas por nosotros como público, pero con la suma de un elemento que se sale de lo común, de algo que sí hemos visto, pero de distintas formas, y que de alguna manera, logra capturar nuestra atención al grado de hacernos esperar más de un año para ver tan sólo ocho episodios…

Ese es el caso de Dark, una producción alemana original de Netflix, la primera de ese país dentro del catálogo de la plataforma. La primera temporada de 10 episodios se estrenó en noviembre de 2017. Desde sus promocionales, osaron compararla con Stranger Things; sin embargo, distan mucho una de la otra, y sin demeritar a la serie americana, Dark se lleva nuestro aplauso por aludir, precisamente, a lo que mencionamos en un principio: hay drama, hay un triángulo amoroso y de repente vemos destellos de amor juvenil, pero su trasfondo es más grande, profundo, complejo e innovador.

Dark comienza con el suicidio de Michael durante el verano de Winden, quien deja una carta a su hijo Jonas con la condición de que este la lea en una fecha específica (noviembre) y que, extrañamente, concuerda con la desaparición de Mikkel Nielsen, hijo de Katharina y Ulrich, amante de Hannah, viuda de Michael…

Las relaciones en Dark son complicadas, pero si no lo fueran, su historia no tendría el valor narrativo que tiene ni se reconocería la calidad de la producción, el diseño de la misma, ni las formas narrativas con las que revelaron que Mikkel es Michael, y que viajó del “presente” al “pasado” para que Jonas pudiera existir.

Quien no haya visto Dark, probablemente crea que se trata de una serie más sobre viajes en el tiempo. Y sí, su pretexto son los viajes en el tiempo para establecer esta premisa: el principio es el fin; estamos destinados a recorrer el mismo camino por la eternidad. Con base en algunos conceptos desarrollados por Nietzsche, la serie concentra su base en que “todos estos años son idénticos a sí mismos, en lo más grande y también en lo más pequeño… somos idénticos a nosotros mismos”. El tiempo no es lineal, sino cíclico y siempre volvemos al punto de partida, que es el final.

Estas son las referencias mitológicas y filosóficas para comprender ‘Dark’

La primera temporada nos presentó a cuatro familias distintas: los Kahnwald, Nielsen, Doppler y Tiedemann. Con algunos miembros de cada una de estas familias, conocemos sus yo en distintas épocas como el Jonas del presente y del futuro; lo mismo va con Mikkel, quien va del pasado al presente; el comandante Tiedemann en un pasado de los 50 y un pasado de los 80; sin olvidar a Claudia, a quien conocemos en tres tiempos.

Como mencionamos, las relaciones en Dark construyen la confusión de la primera temporada, que definen a su vez las emociones de los personajes principales como Jonas, Mikkel y Ulrich. El primero toma el rol de héroe trágico, aquel que debe sacrificar su felicidad para salvar a los demás, el que se enamora de su tía Martha y no puede evitar que su madre se encierre en problemas y mentiras.

Sin embargo, la segunda temporada va más lejos. Las emociones siguen igual de intensas, quizá se van hacia un lado más dramático donde Jonas, nuevamente, lleva toda la carga emocional de la historia. Pero ahora descubrimos todo lo que hay detrás de cada viaje, decisión, desaparición, muerte y hasta un beso. En la primera temporada hablan de un plan que pensamos es de Noah contra el de Claudia. Pero nos quedamos muy cortos, o al menos así lo hacen ver los creadores de esta segunda entrega.

En ocho episodios, Dark nos muestra ese plan, y resulta aún más complejo  fascinante: “Le declaramos la guerra al tiempo, a Dios”, le dice Adán (un nuevo personaje) a Jonas. De este modo, si antes sólo se trataba de comprender la existencia como un ciclo, ahora entendemos que Dios siempre ha sido el tiempo y viceversa, y que Dios, parece, tiene un plan para todos.

Imagen de la segunda temporada de ‘Dark’.

La pregunta es la siguiente: ¿El plan de Jonas es evitar el apocalipsis o ser el detonador del mismo? Esta entrega de Dark está llena de intrigas, mentiras y muchas sorpresas, no todas agradables pero no en cuanto a la ruptura o consecuencia natural de un personaje, sino a que las relaciones y el misterio se hace aún más grande. Jonas se descubre en un futuro más lejano de los 33 años y Charlotte toma cierta relevancia.

La segunda temporada de Dark no comienza con un suicidio, sino con la frase “Si miras mucho tiempo dentro del abismo, el abismo también mira dentro de ti” de Nietzsche. Y Dark es eso, un abismo en la televisión en el que muchos espectadores han caído y del que difícilmente podrán salir cuando descubran que la serie no se rompe en la segunda temporada, sino potencia su historia.

Tampoco es perfecta. Sin embargo, no le podemos encontrar errores garrafales que terminen con el encanto que procuraron con tanto cuidado en la primera entrega. Esta nueva temporada es una paradoja en sí misma y nos describe a Winden como el hoyo del que nadie puede salir porque su existencia se resume en permanecer ahí. Y si nadie sale, no lo hará en el pasado ni en el futuro.

En otras ocasiones, hemos mencionado las referencias filosóficas y mitológicas de Dark, pero ahora adquiere algo más humano, y es un sentido religioso planteado por el conocido grupo de Sic Mundus, “Los Viajeros”, a los cuales pertenece el misterioso Noah. Ahora descubrimos a nuestros personajes en una guerra contra sí mismos, y contra la irrevocable verdad del tiempo.

Lo más lógico (cuando creemos que desciframos Dark) es que termine donde empezó porque ese es precisamente el planteamiento de la serie. Pero su narrativa es tan interesante y está tan bien desarrollada, que descubrimos un detalle en cada episodio que nos mantiene aquí, esperando ocho episodios y con la idea de esperar otro año o más para el cierre del ciclo que llega con el apocalipsis.

Y si la historia no les convence por alguna u otra razón, está todo lo demás en esta producción. Ya mencionamos el diseño, el cual maneja, ahora, cinco épocas distintas que se ven claras con detalles increíbles como el sillón (que nos dice que estamos en el “presente”), los autos, el vestuario. ¿Y la música? El soundtrack de la primera temporada, como costumbre de Netflix, no dejó nada a desear con artistas específicos para cada época y sentimiento: furia, misterio y dolor.

Ahora, la serie repite su grandeza musical con un soundtrack que también viaja en el tiempo gracias, nuevamente, a Lynn Fainchtein, la mexicana que trabajó con Alfonso Cuarón en ROMA. Pedimos más de Dark, un poco más de misterio y nos entregaron una temporada que se supera a sí misma.

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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