¡Ya sabemos que no hay provincias! Pero, como explicamos EN ESTA NOTA, coloquialmente así se refieren a las personas que no viven en la CDMX. Y tampoco tratamos de ofender a nadie, aquí en Sopitas queremos a los que nacieron en cualquier parte del país. Habiendo dicho esto, puedes continuar…
La bella, querida, fascinante y algo sucia Ciudad de México. A esta gran urbe o la odias o la amas, no hay más. Cuando eres nacido aquí, no tendrás más remedio que adaptarte y, naturalmente, aprender a sobrevivir sin esfuerzos en esta gran ciudad. Sin embargo, cuando eres de provincia y llegas a la CDMX, ya sea para vivir o solo de paso, unas cuantas horas pueden convertirse en el infierno.
Y es que a los chilangos ya no hay quien les puede contar nada nuevo, pues hasta las más oscuras mañas conocen. Vivir así forma el carácter peculiar de los oriundos de la Ciudad de México, por ello, no es nada difícil saber cuando una persona viene de provincia, esas zonas tranquilas y poco ajetreadas del país que, quieran o no, se notan en el exterior.
¿No nos crees? Acá te va una lista de 11 cosas que delatan a los provincianos en la Ciudad de México:
1.- Se quejan de lo caro que es todo
Y es que sí, en la Ciudad de México, hay dos tipos de taqueros: los buena onda que dan el pack de taquitos muy barato, o los que te ven con cara de provinciano y te los venden en 15 pesos cada uno… ¡Y ni se diga de las chelas! Porque para alguien de provincia, echar una fiesta en los bares de la CDMX implica tener que comer arroz y frijolitos una semana.
2.- Creen que en todas partes los van a asaltar
Sí, la Ciudad de México no se distingue por ser una de las más seguras en el país… pero eso no quiere decir que los delincuentes están ahí al acecho afuera de cualquier museo, metro o departamento. Pero parece que eso es algo que los de provincia todavía no comprenden, pues toda zona les parece Tepito y van cuidando sus cosas como esperando la experiencia de ser asaltados.
3.- Dicen cosas como “¡Ay! Yo no podría manejar aquí”
En muchos estados de provincia se acostumbra algo conocido como “uno a uno”, lo que significa que, sin necesidad de semáforos, los automovilistas comprenden cómo funciona todo y siguen el sistema… cosa que no suele pasar en la CDMX, donde las reglas de tránsito se reducen a “el que pase primero”, haciendo de esta ciudad una pista en la que solo los más hábiles pueden conducir.
4.- “Aquí todo lo meten a un bolillo, ¿verdad?”
Típica frase de alguien de provinciano… que tiene razón. Lo sentimos, hermanos chilangos, pero hay una realidad que los perseguirá el resto de los días y es que, todo lo que quepa en un bolillo, siempre les parecerá un manjar. Así que si oyen que alguien se queja de eso: ¡ES DE PROVINCIA!
5.- Se quejan de la contaminación
Oh, sí. Reconocerás a alguien de provincia cuando te señale lo sucio que se ve el cielo por tanta contaminación… ¿tienen ellos la culpa? Puntos para ellos, quienes suelen tener atmósferas más amenas a la salud humana.
6.- Siempre ven hacia arriba
Hay una frase popular entre los chilangos y dice que, si ves a alguien siempre viendo hacia arriba, es de provincia. ¿La razón? Los miles de edificios. La Ciudad de México está atascada de ellos, algo muy poco común en los estados de las afueras.
7.- Les aterra el metro
Si algo va a delatar siempre a un provinciano, es su gran temor al metro. Que si la gente, que si te empujan, que si no alcanzas a entrar o peor, que no alcances a salir en tu estación de destino… Sí, problemas de provincianos en la CDMX.
8.- Les sorprende lo rápido que pueden llegar a todas partes
Y pese a que el metro es el terror de los de provincia, una vez que se agarran de valor, verás en sus caras un rostro de satisfacción y asombro al haber llegado de la Colonia del Valle a Polanco en tan solo 15 minutos.
Esa cara es de un provinciano, sin lugar a dudas.
9.- Se refieren a su lugar de origen como “su rancho”
¡JAJA! ¡No mientan, provincianos! Lo hacen y lo hacen siempre. No es como que se refieran a su estado de manera despectiva, sino que, dado que la Ciudad de México es y seguirá siendo un monstruo a comparación de los demás estados, cualquier otro lugar parece “rancho”… y sí, también llaman “la capital” a la CDMX (y realmente lo es, pero no hay necesidad de decirlo).
10.- Les molesta que no sepas dónde está su estado
¡Que Aguascalientes está en el centro del país, no en el norte! Porque si algo pelearán siempre los de provincia, es que los chilangos se aprendan dónde está cada estado. Un mapita, ¿no?
11.- Se burlan de las quesadillas con queso
Y el debate seguirá, pero hay algo claro: para los de provincia, TODAS LAS QUESADILLAS LLEVAN QUESO.