La Pascua es uno de los días más esperados por los niños y por algunos grandes también, la decoración de huevos y la emocionante búsqueda de los conejitos de chocolate, hacen que valga la espera anual. Pero, ¿De dónde viene esta tradición? Aunque me gustaría comenzar con un “todo empezó cuando”, pero a ciencia cierta, hasta ahora nadie ha visto un conejo ovíparo, por lo que se cree que la historia del conejo y huevos de Pascua, es el resultado de una combinación de culturas, religiones y costumbres.
Existen varias teorías sobre el nacimiento de esta tradición, incluso hay una leyenda que cuenta la historia de una mamá pobre, que no tenía recursos para ofrecerles dulces a sus hijos, para que no se quedaran con las manos vacías, decoró unos cuantos huevos y los enterró en el jardín, pero cuando los niños salieron a buscarlo, se toparon con un conejo.
Según relata Georg Frank Von Frankenau en el libro “La Pascua cristiana. Liturgia, símbolos y costumbres” escrito en 1682, el rumor del conejo que pone huevos, se esparció rápidamente entre los niños del vecindario dando vida a la casería de huevos de Pascua. No obstante, se tienen registros de la celebración en Europa, mucho antes de que se haya adoctrinado al cristianismo, además de que temo decirles que la Pascua no es una festividad exclusiva de la religión católica.
La comunidad judía, también tiene su propia Pascua, la celebración del “Séder Pésaj”, que se traduce como ‘Orden Pascual’ se conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. Y aunque no acostumbran los conejos de chocolate, sí suelen llevar a cabo una cena, la primer noche la festividad. Aunque curiosamente, coincide con las festividades cristianas, quienes celebran la resurrección de Cristo.
La versión más lógica
Existe una versión mucho más contundente. Se dice que la historia de los huevos de Pascua, (Easter eggs) en inglés, proviene de Ostara (Eostre) en inglés antiguo, la diosa de la fertilidad, a la que se le rendía tributo en el mes de abril, cuya evolución fue asociada al comienzo de la primavera y al renacer de una nueva vida, terminado el invierno.
Sin embargo, el médico botánico, Von Frankenau, no podía estar equivocado. La tradición del conejo y huevos de Pascua como la conocemos hoy en día, es la alteración de una tradición alemana que data del siglo XIII. Como decíamos, a Ostara, se le veneraban sus atributos hacia la fertilidad, y con qué otro animal puede ser representada si no es con el conejo.
Cuando el catolicismo se convirtió en la religión dominante en Alemania, a mediados del siglo XV, el símbolo del conejo, fue adoptado por los religiosos para enmarcar la festividad, tal como lo muestra el símbolo de “La Ventana de Tres Liebres” (Dreihasenfenster) en la Catedral de Paderborn, en Alemania. Pero además, se cree que los huevos fueron añadidos a la tradición, muchos años después, representando el fin del ayuno y restricciones de Cuaresma.
¿Y la magia?
Las diferentes teorías aquí presentadas, seguramente no convencerán a los más pequeños de la casa quienes creen firmemente en la magia. Sin importar la religión que profeses, la tradición del conejo y huevos de Pascua, cumple con uno de los preceptos que todas tienen en común, el amor al prójimo. Y qué mejor que hacer felices a los pequeños con un tiempo en familia decorando huevos o ayudando a encontrar algunos conejos de chocolate -sin hacer trampa- Te dejamos algunas ideas.