Don’t Worry Darling, la segunda película de Olivia Wilde, generó un montón de expectativas desde que se anunció su producción. No sólo por el éxito y el gran recibimiento de la audiencia con su debut como directora en 2019 con Booksmart. Sino por el elenco que la también actriz había logrado reunir.
Comandado por Florence Pugh, quizá la promesa (¿o acaso es que ya está cumplida la idea?) más grande de Hollywood en la actualidad, Wilde reunió un elenco en el que se integró Harry Styles, Chris Pine y Gemma Chan para contar una historia de ciencia ficción dentro de una película de época. AQUÍ las películas de Pugh que pueden ver en streaming.
Aquí conocemos a Alice y Jack, un matrimonio aparentemente perfecto que vive en la comunidad de Victory, una creación del carismático Frank y su esposa Shelley. Todas las mañanas, los hombres salen de sus casas y se dirigen a un extraño edificio en medio del desierto para realizar algunas labores secretas… al menos para sus esposas, quienes se quedan en casa para mantener su hogar perfecto.
Poco a poco, y a raíz del extraño comportamiento de una de las esposas, es que Alice comienza a descubrir que nada de lo que está a su alrededor es real, y que su casa, sus amigos, el trabajo y su esposo mismo, ocultan un terrible secreto que ha de descubrir antes de que sea demasiado tarde.
Don’t Worry Darling
Sin embargo, y es justo mencionarlo, la controversia envolvió demasiado pronto el estreno de Don’t Worry Darling entre una conversación que integró elementos de la vida personal de Wilde, seguidos de rumores de malas relaciones en el set (ACÁ les contamos) y hasta el video donde Styles supuestamente le escupe a Pine en medio de la premiere en el Festival de Venecia. AQUÍ el video.
Entendemos que no hay mala publicidad para nada ni para nadie. Lo único que lamentamos de todo esto es que esuchamos hablar más de la película por las razones equivocadas porque Don’t Worry Darling, si bien no viene a revolucionar el género con una idea innovadora, es una cinta bastante interesante en muchos de sus aspectos.
La actuación de Florence Pugh es la que se lleva toda la película con una variación de cargas emocionales que se reflejan en la fotografía a cargo de Matthew Libatique. Aquí, muestra un paisaje abierto e iluminado en el que logra incluir la idea de que todo lo que vemos tiene un origen siniestro.
Y con eso, también es necesario mencionar el trabajo de Katie Byron, la diseñadora de producción de Don’t Worry Darling que construyó un mundo de ensueño al estilo de la década de los 50 donde todo, absolutamente todo, tiene las señales de peligro.
Tuvimos la oportunidad de platicar, justamente, con Katie Byron para que nos revelara el proceso de construcción de Victory, esta perfecta pero a su vez extraña comunidad que se convierte en el escenario para la historia de Alice.
Entrevista con Katie Byron
Don’t Worry Darling es la segunda película en la que Katie Byron trabaja con Olivia Wilde después de Booksmart. Pero su trabajo en el cine y la televisión es amplio al contar con créditos en Zola, C’mon C’mon, Wander Darkly, A Teacher y mucho más.
Sopitas.com: Durante una entrevista dijiste que el acercamiento a las películas en las que participas empieza al entender a la o el director. Don’t Worry Darling es la segunda vez que trabajas con Oliva Wilde. ¿Cómo fue esta vez el acercamiento considerando que ya habías trabajado con ella?, ¿qué elementos consideraste esta vez para entender el filme?
Katie: Es el sueño de todo artista trabajar con alguien con colaborativo y conceptual como lo es Olivia. Tenemos una relación muy simbiótica cuando de lenguaje visual y filosofía se trata. Parte del trabajo de una diseñadora de producción es intentar ver el mundo desde la perspectiva del director.
Trabajar con Olivia es sencillo porque nos hace sentir seguros. Mi equipo y yo podemos arriesgarnos y empujarnos al límite. No existe el miedo de decir algo equivocado o mencionar una referencia errónea por la apertura que Olivia y yo intenamos mantener durante el proceso.
La representación de los 50 en el cine y la televisión
Sopitas.com: En películas de época, sobre todo aquellas que estás ambientadas en décadas tan icónicas como los 50 o los 60, solemos ver la representación televisiva de un lugar. Pero en Don’t Worry Darling los espacios lucen diferentes a otras películas que se ambientan en esta misma época. ¿Cómo lograste crear esa sensación para la película?, ¿fue la intención desde un inicio?
Katie: Es algo que pensamos desde un inicio. Cuando leí el guion, sabía que podía alejarme de la descripción ya conocida del estilo de vida de los 50. Honestamente, mucho de lo que hemos visto en anuncios o en la televisión, describe una década de los 50 que nos intentaban vender. Eran comerciales regidos por los roles de género y una dinámica conservadora.
Como diseñadora y estudiante de arquitectura, estaba muy interesada en el Case Study Houses de California (un experimento arquitectónico de diseño de viviendas). Richard Neutra construyó la casa Kaufmann en 1946; la casa de Kings Road de Rudolph Schindler fue construida en 1922; la House 2 de Albert Frey fue en 1963. Esta época de modernisno duró un tiempo bastante largo.
Victory, la cual es una comunidad progesiva en medio del desierto, empuja las barreras, así que pensé que en el plan arquitectónico también debería ser así. En lugar de construir una utopía un tanto conservadora, Olivia y yo quisimos crear un mundo que una persona hedonista realmente quisiera. Nos encaminamos a crear un mundo completamente sensual, lleno de opulencia y libertinaje.
El mundo perfecto empieza en la cocina
Sopitas.com: La película, justamente, describe una comunidad idílica de parejas perfectas, esposas y esposos perfectos que construyen una dinámica ideal. ¿Intentaste crear una casa perfecta para los protagonistas?, ¿es acaso eso posible?
Katie: El objetivo era crear una casa perfecta, pero una que se sintiera al mismo tiempo peligrosa. En un segundo, las ventanas de la casa se abren y tenemos una vista desde cualquier ángulo. Luego luego, esa misma ventana se siente amenazante, como si alguien te estuviera mirando. Y en seguida, la cantidad de espejos crean destellos. Y así, esos mismos espejos nos hacen cuestionarnos nuestra realidad y lo que percibimos.
Sopitas.com: La cocina, creo, es uno de los espacios más importantes en la casa de Alice y Jack. Es donde ella se da cuenta que hay algo que no está bien. Pero quisiera saber si consideras que es este lugar el más importante en la película. ¿Enfocaste tu atención en un espacio específico mientras trabajabas en el diseño?
Katie: De hecho, la primera cosa que le dije a Olivia cuando me contó del trabajo fue, “Siempre he querido diseñar mi cocina moderna de mediados de siglo de ensueño“. En los 50, el diseño enfocado en las mujeres empezaba en las cocinas. Todo giraba en torno al nuevo horno, los impresionantes colores de las mesadas de formica, etcétera.
Estos anuncios glamorizaban y romantizaban el trabajo en casa. Queríamos crear escenas que de verdad hicieran sentir a los espectadores parte de esa romanticazión. Para Alice, cocinar es una actividad que cuida hasta que ya deja de serlo.
El trabajo de Florence Pugh
Sopitas.com: ¿Cuáles fueron los aspectos del personaje de Florence Pugh que tomaste como referencia para crear sus espacios?
Katie: El departamento de arte con el que trabajé, respeta el proceso que los actores deben atravesar cuando entran al set. Estoy impresionada con lo increíblemente talentosa y vulnerable que Florence Pugh se presentaba cada día en el set. Nos enamoramos con la combinación de seriedad y jugueto que emplea. ¡Es muy parecida a la forma en la que nosotros trabajamos!
