Existen dos formas de hacer una película de terror, dejar que la ambientación, la música, la atmósfera y el misterio provoquen terror en la audiencia, o en su lugar, hacer un jumpscare…
Claro, si se sabe utilizar, el jumpscare es un gran elemento para sacudir a la audiencia y dejarla pendiente de lo que pueda ocurrir más adelante en una película:
Lamentablemente, el cine de terror moderno lo ha llevado a niveles absurdos, quitándoles toda la gracia; como las películas de Paranormal Activity, las cuales abusan de esto de manera ridícula.
En fin, entendemos que el asustar a la gente es casi tan difícil que hacerlos reír, lo cual convierte al género del terror en uno de los más difíciles de hacer bien junto a la comedia.