¿Somos lo que comemos? Cibo, el artista urbano, afirma que sí. De acuerdo con la ideología del pintor, la comida nos transporta a la inocencia de la niñez, a nuestras raíces, un verdadero sinónimo de paz interior. Y es por ello que desde hace 6 años, se ha dedicado a modificar los grafitis callejeros que conllevan un discurso fascista en Italia, modificándolos por pinturas gigantes de comida, un mensaje subliminal, que ha tenido un gran impacto en su país.
El artista de 36 años, se ha convertido en una celebridad en su país después de que un noticiero local compartiera su historia, pero gracias a su iniciativa que promueve la paz y la igualdad, sus obras han sido reconocidas en diferentes redes sociales como Reddit y Facebook.
“Es mi deber cívico, es un derecho. Honestamente me siento obligado a borrar estas cosas. Al hacerlo, me estoy ocupando de mi ciudad, es como si la ciudad fuera mi galería de arte. ¿le explicas una esvástica a un niño? ¿Cómo puedes? Es imposible. Es un mensaje racista, no es bueno”. ─Comentó en el noticiero.
Al igual que Bansky, el italiano optó por un pseudónimo para permanecer en el anonimato. Cibo, que en español significa ‘alimento’, comenzó con el Street art desde la década de los 90’s, pero fue hasta hace unos seis años que comenzó su proyecto para “cubrir” los mensajes de odio que se aprecian por las calles de Verona.
Fresas, sandías, melones muffins y pasteles, disfrazan por completo los muros y objetos que alguna vez fueron cubiertos por Celtas, esvásticas, y mensajes de supremacía racial. Lo mejor, es que el artista urbano lo toma con humor y se arma con latas de aerosol de colores, cubiertas con la leyenda ‘spray anti-nazi’, para comenzar a cubrir su lienzo.
“El Street art se vuelve poderoso porque tiene sentido en ese lugar y en ese momento. De hecho, siempre trato de vincular este aspecto porque en un mundo efímero, la verdadera obra de arte no es el diseño, sino la interacción con las personas.” Especifica el autor en su página de Facebook, donde también se pueden apreciar todas sus obras.
Como si fuera poco, a Cibo, el artista urbano de Italia, como fue bautizado por los diarios locales que le han dado gran cobertura, no le basta con hacer su labor social una sola vez. Como se puede apreciar en sus fotografías, los grupos neonazis vuelven a grafiar aún encima de los bodegones urbanos, convirtiéndose así, en una interminable lucha de poder.