Este fin de semana finalmente se estrena en nuestro país Chronic: El Último Paciente, del director mexicano Michel Franco, cinta que ha sido muy elogiada en diversos festivales cinematográficos y por la prensa especializada.
¿De qué trata? ¿Por qué ha llamado tanto la atención? ¿Vale la pena verla? Trataremos de resolver todas esas interrogantes con el siguiente texto.
¿Quién es Michel Franco?
Michel Franco es uno de los directores de cine mexicanos más importantes de la actualidad, quien en un periodo de tiempo relativamente corto pasó de ser una joven promesa para convertirse en toda una realidad. Su camino empezó en el 2010 con Daniel y Ana, para seguir con Después de Lucía, con la que obtuvo el Premio a la Mejor Película en la Sección “Una Cierta Mirada”, del Festival de Cannes.
Aunque crudas y realistas, sus cintas guardan una cierta belleza tanto en el argumento como en su estética visual, que las hace impactar justo en la medula emocional del espectador. Esta tendencia queda de manifiesto con Chronic: El último paciente (2015), su tercera película.
Con ella, Franco no sólo ganó el reconocimiento a Mejor Guión durante la última edición del Festival de Cannes, sino que ha ido cosechando comentarios muy positivos en donde ha sido exhibida. Sabemos que uno nunca debe dejarse llevar completamente por las críticas, pero es innegable que éstas nos ayudan a darnos una idea de la percepción que una obra va dejando tras de sí, y de lo que podemos esperar a la hora de pagar un boleto y sentarnos en una sala de cine.
El dolor como eje central de la trama
En apariencia, el tema central de esta película es tan simple que puede condensarse en un par de renglones:
David es un enfermero introvertido y con tendencia a la depresión, que se dedica a cuidar a pacientes terminales mientras trata de retomar la relación con la familia que abandonó.
¿Y ya? ¿Eso es todo?
Por supuesto que no, esa idea es sólo el pretexto para entrar en una cueva donde nos confrontaremos con el monstruo que somos nosotros mismos. Hay infinidad de películas, libros y otras obras donde se habla del sufrimiento humano desde el punto de vista de un enfermo terminal o de sus seres queridos. Sin embargo muy pocas veces se aborda cómo esta convivencia con uno o más pacientes en sus últimas etapas le afectan a un enfermero o enfermera.
En apariencia un enfermero es un profesional que está preparado para lidiar con este tipo de enfermos y situaciones, pero seguramente no son pocos los casos donde la situación los rebasa, sobre todo en el plano emocional. Chronic: El último paciente, nos muestra como un personaje en apariencia fuerte como David poco a poco va desmoronándose desde su interior, y es que aunque exteriormente de la impresión de ser fuerte, por dentro el trato con cada paciente lo va desgastando cada vez más.
Una de las frases promocionales de la película es: ¿Cuánto pesa el dolor ajeno? A lo largo de la película Franco nos da una respuesta poco esperanzadora, pero profundamente emotiva.
Tim Roth y su actuación magistral
Cuando Michel Franco ganó en Cannes por Después de Lucía, Roth se desempeñó como presidente del jurado. Después de la premiación ambos hicieron tan buenas migas que se prometieron trabajar juntos.
Cuando tiempo después, Franco invitó a Roth a ser el protagonista de su tercer largometraje éste aceptó inmediatamente. El resultado de esta dupla fue más que sobresaliente, ya que Roth logró meterse en la piel de un personaje lleno de fantasmas adoptados y propios, que pese a todo debe mostrarse poco vulnerable y duro como una roca, en realidad se encuentra confundido y sin un rumbo fijo.
Como preparación para este papel el actor inglés trabajó un tiempo junto a enfermeros. Esta experiencia, sumada a su talento y disciplina actoral, hacen que Roth nos brinde una actuación justa y convincente, que nos conmueve hasta niveles insospechados. Lo anterior tiene un mérito aún mayor si consideramos que esta película está llena de planos fijos, sin música incidental ni diálogos, donde el lenguaje corporal de los actores es el que lleva la voz cantante y sostiene el resto de la película.
Roth es una especie de columna guía sobre la que se recargan y descansa el resto del elenco, que vale la pena decirlo, también hacen un trabajo arriba del promedio.
Lo advertimos: No es una película fácil. Por momentos puede resultarnos tediosa si no estamos acostumbrados a un cine con ritmo más pausado. Tampoco es nada cómodo vernos en un espejo ante un tema como el de los enfermos terminales y la eutanasia, no obstante vale la pena ir al cine y dejar que esta cinta nos sacuda las entrañas, al final de cuentas también de eso se trata el cine y la vida misma.
Por @gabrielrevelo
