Lo hemos dicho ya varias veces. En la ceremonia de los Oscar para este 2022, de lo que menos se habló fue de cine. Las controversias y los momentos incómodos fueron lo que más dio de qué hablar, dejando de lado algunos triunfos históricos como el de CODA a Mejor Película o Jane Campion como Mejor Director. No sólo fue el golpe que le dio Will Smith a Chris Rock en el escenario, sino algunos chistes inapropiados por parte de las presentadoras como Amy Schumer.
Hablando de justamente de Schumer, es que la comediante ha revelado un “chiste” que la Academia no le permitió hacer durante los Oscar. ¿La razón? Se trataba de Alec Baldwin y la trágica situación en la que la directora de fotografía, Halyna Hutchins, perdió la vida durante las filmaciones de la película Rust.
El pésimo chiste de Amy Schumer sobre Alec Baldwin
El pasado 21 de octubre, se dio a conocer un accidente en el set de filmación de Rust, una película producida y protagonizada por Alec Baldwin. Los primeros reportes revelaron el asesinato de Halyana Hutchins, la directora de fotografía, en manos del mismo Blawin tras un accidente con un arma.
La trágica noticia dio mucho de qué hablar en cuanto a cómo se dieron los hechos y la razón por la cual el arma de utilería estaba cargada, hiriendo de gravedad al director de la cinta y terminando con la vida de Hutchins.
Estos hechos son los mismos que quería utilizar Amy Schumer para hacer un chiste al momento de hablar de las películas nominadas, específicamente de Don’t Look Up, filme de Netflix dirigido por Adam McKay. El chiste era el siguiente: “‘No mires arriba’ es el nombre de una película, o mejor dicho, no mires por el cañón de la escopeta de Alec Baldwin“.
Schumer también reveló otros chistes que no le aprobaron para decir durante la ceremonia de los Oscar. Uno era en relación a Joe Rogan, un famoso locutor que ha causado mucha controversia a partir de sus comentarios antivacunas en su podcast The Joe Rogan Experience (el más escuchado en Estados Unidos en 2020). El otro chiste era sobre las acusaciones de violencia sexual contra James Franco.
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Chistes sexistas e insensibles
El chiste que no le dejaron decir a Amy Schumer, se sube a una tradición de quemar y burlarse de los invitados y los nominados en distintas ceremonias. Depende mucho del presentador elegido, pero la tendencia de los últimos años es burlarse, y aunque algunas veces resulta en un evento exitoso a pesar del tono de la comedia (Rick Gervais en sus últimos Golden Globes, por ejemplo), la mayoría termina en desastre y muchos momentos incómodos.
Los Oscar, ya lo hemos dicho, no fueron la excepción. Sino todo lo contrario: son la prueba de que el formato de las ceremonias debe cambiar. Un chiste mal gusto detonó todo el asunto de Will Smith, quien terminó arriba del escenario dándole un golpe a Chris Rock tras burlarse de la cabeza calva de Jada Pinkett-Smith, quien sufre de alopecia.
También se ha mencionado el momento incómodo e innecesario en el que Regina Hall, una de las tres host de los Oscar, “revisó” a Josh Brolin y Jason Momoa en el escenario, tocando varias partes de su cuerpo. El chiste comenzó cuando llamó a varios actores solteros como Bradley Cooper y Timothée Chalamet, para que fueran atrás del esenario con ella, se quitaran el cubrebocas y la ropa, entre otros comentarios.
El roast de los invitados en las ceremonias
Otro momento que ha dado mucho de qué hablar fue cuando Amy Schumer en los Oscar recorrió las mesas de los invitados y nominados. Aquí se encontró a Jesse Plemmons y Kristen Dunst, ambos nominados como Mejor Actor y Actriz de Reparto por The Power of the Dog. Schumer llamó a Dunst una “calienta asientos” y la quitó, sentándose en su lugar para platicar con Plemmons, quien es esposo de la actriz.
Ante las críticas, Schumer salió a decir que ese momento estuvo aprobado por los organizadores de los Oscar y que tanto Plemmons como Dunst, estuvieron de acuerdo en participar. ¿Era necesario? No. ¿Se pudo haber dado de otra forma y de verdad ser chistoso? Sí. Independientemente si nos gusta o no el humor de alguien como Amy Schumer, lo que sucedió la noche del 27 de marzo prueba que las cosas deban cambiar.