Un texto de Encarni Remolina
La mayoría de los estadounidenses piensan que el 5 de mayo celebramos nuestra independencia y se ha vuelto el pretexto perfecto para llenarse de guacamole, tacos, margaritas y cervezas. Sobre todo, muchas cervezas. Tantas que, por dos años consecutivos, se vendió más cerveza en este día que en San Patricks o en el Super Bowl.
¿Cómo fue que este día se volvió una fiesta celebrada en todo Estados Unidos? En México, no es siquiera un día de asueto oficial. El triunfo de las tropas mexicanas ante el intento de invasión francesa se celebra solamente en Puebla con un desfile militar y una representación de la batalla.
En Estados Unidos, como dice David Hayes Bautista, Director del Centro Latino de Salud y Cultura latina en la escuela de Medicina de California: “El 5 de mayo forma parte de la experiencia latina durante la Guerra Civil”.
La celebración del Cinco de Mayo en Estados Unidos es el resultado de una interesante mezcla de momentos históricos, movimientos sociales y una de las más exitosas campañas publicitarias en la historia de la cerveza. Y como toda historia, esta también tiene un inicio.
México, 1862. Ha pasado apenas un año desde que terminó la Guerra de Reforma y Benito Juárez, enfocado en la reconstrucción del país, anuncia que suspenderá temporalmente el pago de la deuda externa. En respuesta, España, Inglaterra y Francia mandan buques al mar de Veracruz para ejercer presión.
Mientras tanto, en Estados Unidos se peleaba en la Guerra Civil el futuro de la nación entre los estados del Norte y los del Sur. Los Confederados del sur, muchos de ellos algodoneros, luchaban por mantener el sistema basado en esclavitud. Los del Norte, en cambio, buscaban abolirla y hacer una nación indivisible, una Unión de Estados en lugar de solo estados independientes.
Por obvias razones, a los mexicanos y latinos en California, que de por si ya vivían malamente explotados en el campo, no les gustaba la idea de la esclavitud ni que los confederados estuvieran ganando algunas importantes batallas. De esa forma se organizaron batallones de hispano hablantes para pelear del lado de la Unión en contra de lo Confederados. Es justamente entre estos batallones que se cree se da el primer festejo del Cinco de Mayo en California.
Pero antes de eso, volvamos al Puerto de Veracruz y dejemos a los hispanos preocupados en California, por el avance de los Confederados. Francia decide usar la deuda y el anuncio de Benito Juarez como pretexto para dar un asalto a México, entrar hasta la Ciudad de México por Puebla y llegar al norte para involucrarse en la Guerra Civil de Estados Unidos, con el fin de armar un país amigo de los Confederados al sur.
Es ese 5 de Mayo de 1862, que los franceses logran llegar a la Ciudad de Puebla. Allí, con un mayor número de soldados que los mexicanos y una armada muy superior a la nuestra, creyeron que serían capaces de tomar la ciudad y continuar rumbo a la capital, pero no lo lograron. El ejército mexicano, que conocía mejor el territorio, comandado por Ignacio Zaragoza, les hizo frente y salieron victoriosos en uno de los mayores triunfos de la Armada de México.
La noticia del triunfo de los mexicanos en la Batalla de Puebla fue recibida con mucho júbilo por parte de los hispanos, que habíamos dejado en California y temían que el apoyo francés llegara a los Confederados. Cuenta la leyenda que al escuchar la noticia, algunos mexico-americanos espontáneamente tronaron cohetes y comenzaron a cantar. Después surgió una red que organizó a los latinos y recaudó dinero para enviar a las tropas mexicanas en señal de apoyo.
Así que aquí se da por primera vez el 5 de mayo como una celebración entre los mexico-americanos y latinos, en solidaridad con el ejercito mexicano por haber detenido al enemigo.
Luego pasó la Batalla de Puebla, terminó la Guerra Civil que, por suerte, perdieron los Confederados. Los franceses regresaron a México un año después para ganar y nos mandaron a Maximiliano. Pasaron muchos años antes de que la celebración del 5 de mayo volviera a hacerse presente y recobrara fuerza.
Fue ya en la década de los 50, que los activistas del movimiento mexico-americano comenzaron a usar esta fecha como un símbolo de identidad étnica y de celebración de lo mexicano. Ya en los 60 y 70, el festejo del 5 de mayo siguió creciendo al tiempo que el movimiento Chicano también crecía.
A finales de los años 80, el grupo importador de las cervezas Corona y Modelo en Estados Unidos lanzó la campaña publicitaria que haría del 5 de mayo una fiesta, ya no solo de los mexicanos en California si no de todos. Su campaña invitaba a quienes ya celebraban el 5 de mayo a hacerlo bebiendo cerveza mexicana. El marketing que utilizaron fue tan agresivo y acertado que, para 1996, la mayoría de las personas pensaban que la fecha era un día para tomar Corona porque era “un 4 de julio mexicano.”
Y la verdad es que, si, ya existía la celebración de San Patricio con sus raíces irlandesas en la que también se aprovecha la ocasión para vender no solo comida y cervezas, sino también parafernalia.¿Por qué no una que celebrara la creciente población de mexicanos y aumentara la venta de cervezas entre ellos? Las cerveceras entonces por, medio de publicidad, lograron convencer a los consumidores de que beber cerveza mexicana era una forma mantener la identidad y la cultura a pesar de estar lejos del país.
Con los años, esta se ha vuelto la celebración en la que más cervezas se vende y uno de los eventos en los que las cerveceras invierten más dinero en publicidad. Corona, por ejemplo, gasta un dólar en publicidad por cada docena de cervezas que se venderá durante el Cinco de Mayo.
Y aunque el 5 de mayo no está considerado como una fecha oficial para el gobierno federal de Estados Unidos, al menos 21 estados cuentan con celebraciones oficiales para ese día, que están incluidas en su calendario. En ciudades como Houston, Los Ángeles, Albuquerque, Denver, San Francisco o el Paso, se hacen diferentes actividades que incluyen música, gastronomía y diversas muestras de la cultura mexicana. Muchas personas deciden también celebrarlo con la familia o amigos en forma de una fiesta mexicana, para la que algunos llegan a gastar muchísimo dinero.
Algunos periodistas y activistas, sobre todo en los últimos años, han hablado del riesgo que se corre al utilizar ciertos estereotipos en el festejo, como lo son los sombreros o bigotes. Incluso la misma idea trillada del mexicano que bebe de más podría reforzarse al dedicarle a la cultura mexico-americana un día relacionado con beber en exceso.
Lo cierto es que también los tiempos han cambiado y cada vez son más las familias estadounidenses que tienen un mexicano dentro, ya sea casado con un miembro o por medio de una buena amistad, y que están listos para celebrar honestamente el 5 de mayo. Aunque tengamos que repetirles que no es nuestra independencia y que esa es en septiembre, luego tratarán de repetir 16 de septiembre y se aliviarán de estar celebrando el “5 de mayou”, que es mucho más fácil de pronunciar.
Así pues, el 5 de mayo pasó de ser una forma privada de celebración del mexicanismo en California, a una fiesta abierta e inclusiva en la que sin importar la raza o el historial de cada ciudadano americano, todos están invitados a beber cerveza -de preferencia mexicana- y disfrutar de la comida, así como celebrar la mezcla y presencia de la cultura mexicana en la de Estados Unidos.