Dicen que la muerte es parte de la vida, y la vida misma, sirve también para celebrar la muerte y recordar a aquellos que nos han abandonado en este plano de la existencia, pero que seguimos llevando en nuestros recuerdos durante toda la vida.
Es por ello que el Día de Muertos ha trascendido de generación en generación como una fiesta llena de colores, de comida, de dulces, recuerdos y sonrisas, al punto de ser nombrada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Y es que el Día de Muertos es una celebración universal que permite que cada persona, cada familia, cada casa y cada barrio la celebre a su manera y estos son algunos barrios en los que el Día de Muertos cobra un significado más que especial.
1.- San Antonio Tecómitl
San Antonio Tecómitl es uno de los doce pueblos originarios que conforman la alcaldía de Milpa Alta en la Ciudad de México y cuyo origen se remonta al año 1140, cuando un grupo de tribus chichimecas se asentó en esta región. Su nombre significa “la olla de piedra” y aquí, el Día de Muertos adquiere otra connotación, gracias a la decoración multicolor de hogares y plazas públicas con globos y faroles, mientras que el interior del panteón de San Antonio Tecómitl se llena de música y de esculturas hechas de lodo a través de la que los vivos, recuerdan a sus muertos en medio de hermosas ofrendas.
2.- San Andrés Huayapam
A tan sólo 5 kilómetros de la capital de Oaxaca, se encuentra este barrio, conocido por ser la cuna de la bebida milenaria de los Dioses: “El Tejate”, una bebida creada a base de maíz y cacao, que todo mundo deberá probar al menos una vez en la vida. Las celebraciones del Dia de Muertos en San Andrés Huayapam tienen un sabor especial, no sólo por la gastronomía que ofrece Oaxaca, sino también por la esencia prehispánica que se vive entre flores, aroma de copal, música y las famosas “muerteadas”, en las que los habitantes de esta localidad, recorren las calles (acompañados por los espíritus de sus difuntos) y que culminar una velada en el panteón, bajo la creencia de que los difuntos deben regresar al más allá a las 3 de la mañana, por lo que se les despide con ofrendas, altares y cosas que el difunto solía disfrutar en vida.
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3.- Pomuch
La tradición de Pomuch, podría sacar un susto a más de uno, y es que aquí, la tradición va más allá de las ofrendas, las flores y los dulces. Pomuch es un pueblo Maya ubicado en Campeche, que centra su celebración de Día de Muertos en la creencia de que la comunicación entre vivos y muertos no se ha perdido, por lo que año con año, las familias desentierran los restos de sus seres queridos, para limpiar sus huesos, platicar con ellos. La tradición indica que las tumbas no se pueden profanar, sino hasta después e que hayan transcurrido tres años de la muerte de un ser querido, una vez cumplido ese lapso, los familiares pueden sacar los restos para colocarlos en un Osario, dejar que el aire los purifique, y platicar con ellos durante estos días.
4.- Desfile de Calaveras Atlixco
Miles de flores de colores conforman el tapete monumental con el que se tapiza el Palacio Municipal de Atlixco de las Flores en Puebla, en donde año con año, miles de personas se suman al tradicional desfile de calaveras, a través del cuál se recuerdan los relatos y leyendas de los diversos personajes que han trascendido por generaciones en el imaginario colectivo, como el ‘Charro Negro’, el ‘Nahual’ o ‘La Bruja’.
5.- Feria de las ánimas en Teotihuacán
Pudiéramos pensar que Teotihuacán tiene poco que ver con el Día de Muertos, aunque en realidad está más que relacionado, pues Teotihuacán, significa “lugar donde los hombres se convierten en Dioses” y aquí, se encuentras las puertas al cielo en donde los Reyes, se transformaban en Dioses a través de la muerte. Es por ello que aquí, las conmemoraciones por el Día de Muertos se prolongan durante diez días con la Fiesta de las Ánimas en la que a través de música, danza, globos de cantora, y una espectacular procesión de catrinas, que culmina con la liberación de mariposas como ofrenda para los difuntos.