A través de su cuenta de Instagram, el artista urbano Banksy confirmó hace unos días que las obras que vistieron las calles de París, son de su autoría. Este ataque a la capital francesa representaría el primero de Banksy en este lugar, desatando una ola de controversia, como si se tratara de una costumbre, por las críticas al sistema político, social y económico.
Esta vez, con una serie de obras murales que iban desde las paredes de la Sorbonne, el club Le Bataclan, hasta las del río Sena, algunos han interpretado que se trata de un señalamiento hacia las autoridades por la crisis migratoria que Francia –y el continente europeo en general– sufre en estos momentos como consecuencia de los ataques bélicos en países de Oriente como Siria.
La figura de una mujer vistiendo un niqab –velo que cubre la cara de las mujeres musulmanas–, apareció en la salida de emergencia del club Le Bataclan, sitio en el que se perpetró un ataque en 2015 como parte de una serie de actos terroristas en la capital que trajo como resultado la muerte de 89 personas.
Fuera de la Sorbonne Univeristé, una de las instituciones de altos estudios más importantes del país, Banksy imprimió la figura de una rata con orejas de Minnie Mouse y un moño. El animal sale parado arriba del “6” que conforma el año 1968, número que hace referencia al levantamiento estudiantil y revolucionario de mayo de ese año. Quizá esto represente más un tributo que una crítica.
En las mismas paredes, Banksy colocó a un hombre ofreciéndole un hueso a un perro sin una pierna. De acuerdo con la BBC, esto se podría interpretar como una crítica al capitalismo y las miserias que le da a una ciudadanía herida.
Otro mural, el que hace una acusación directa a las políticas migratorias, es el de una niña de raza negra con un oso de peluche que se encuentra sobre una caja de madera pintando con stencil sobre una esvástica nazi. Las cobijas que salen debajo del dibujo, hacen referencia a los migrantes y refugiados que duermen en las calles de París.