La ciudad de Rotterdam en Holanda, está a punto de convertirse en pionera de las urbes sustentables y sostenibles. La empresa inmobiliaria Beladon, se prepara para abrir la primera granja flotante en el mundo, más allá de su aportación ecológica, su importancia es tal que vendría siendo algo como el Arca de Noé del siglo XXI.
La idea es ayudar a la ciudad a producir sus propios alimentos, conjugando los recursos naturales como lo son las energías renovables, con tecnología de punta, a tal grado que las 40 vacas de raza Mosa-Rin-Yssel, que vivirán en la granja, serán ordeñadas por robots y los vegetales cultivados de forma vertical recibirán la luz necesaria por luces ultravioleta.
Sin mencionar que además aportan un beneficio de salud, al utilizar menos fertilizantes y pesticidas como lo hacen en los sistemas tradicionales de cultivo, cuidando que los alimentos siempre estén frescos e incluso, que no sean maltratados por huracanes, sí, la primera granja flotante en el mundo, es una fortaleza contra de huracanes y desastres naturales.
Además, la primera granja flotante en el mundo, trae lo mejor del campo a la ciudad, sin ni siquiera salir de ella, fue construida a las orillas del Puerto Merwehaven, reduciendo al máximo los niveles de contaminación que generan las granjas de campo por el transporte.
La granja Beladon, está anclada al lecho oceánico y aunque es un modelo a escala a comparación del tamaño de otras granjas, Peter van Wingerden ingeniero y creador intelectual de la primera granja flotante en el mundo, considera que tres pisos son suficientes para probar su efectividad, confiando en que en un futuro próximo, este modelo se pueda replicar al doble o triple de su tamaño.
“Esperamos hacer muchas más granjas flotantes, pero también esperamos que otros nos copien o desarrollen conceptos que contribuyan a estos objetivos”, dice van Wingerden. Añadiendo que “La producción de alimentos saludables y suficientes es clave para un mundo mejor, más limpio y más seguro”.
Reciclaje y sostenibilidad en la primera granja flotante en el mundo
Una de las bondades de este tipo de granjas, es buscar que se utilicen menos materias primas, al tiempo que se reutiliza y recicla todo lo posible para llegar a ser sostenible. Con las 40 vacas, se espera obtener unos 800 litros de leche diarios, una cantidad suficiente para que no de pérdidas, señala Minke van Wingerden, esposa de Peter y socia comercial.
Además, “Al menos el 80% de lo que comerán nuestras vacas serán productos de descarte de la industria alimentaria de Rotterdam“, explica el director general de la granja, Albert Boersen.
Entre estos productos reciclables podrán incluirse los granos que desechen las cervecerías locales, las sobras de restaurantes, subproductos de molinos de trigo locales y césped, que serán recogidos por la empresa GroenCollect, quien se encargará de entregarlo con sus camiones eléctricos.
Además, Van Wingerden afirma que cultivarán la lenteja de agua también como alimento para animales. “Es rica en proteínas, de rápido crecimiento y puede nutrirse con orina de vaca. Tendremos una instalación de cuatro o cinco plataformas verticales que harán crecer la planta bajo luces especiales LED”, asegura.
Sin embargo, la primera granja flotante en el mundo, también tiene sus áreas de oportunidad, una de ellas es la energía con paneles solares y la luz LED, cuyos costos de inversión son bastante altos en ambientes controlados, lo que deja fuera de la competencia a pequeños productores o a entidades en desarrollo.
Sin embargo, Beed explica que con la venta de los productos a las comunidades, la inversión se puede recuperar y en dado momento, cualquier granja flotante, pueda llegar a ser sustentable. En su caso, esperan que cuando la granja esté en funciones a finales de este año, lleguen a vender leche pasteurizada, Yogurt y hasta estiércol de vaca entre la comunidad de Rotterdam.
Sin duda alguna, este es el futuro de la industria agrícola, pero ¿Cómo surgió la idea? Inició en el 2012, cuando el ingeniero van Wingerden, construía una casa flotante a las orillas del Río Hudson, en Nueva York,pero se vio obligado a abandonar el proyecto temporalmente, tras el paso del huracán Sandy.
“Al ver la devastación causada por el huracán Sandy, me di cuenta de la necesidad de producir alimentos lo más cerca posible de los consumidores”, afirma el ingeniero nerlandés.
Por lo que notó que “Con la demanda creciente de alimentos sanos, la rápida urbanización y el cambio climático, no podemos confiar únicamente en los sistemas de producción de alimentos del pasado”.
Pero hacer que la idea fuera plasmada no fue fácil. Él y su equipo terminaron el prototipo de la primera granja flotante en el mundo, desde el mismo año del Huracán, pero tuvieron que convencer a las autoridades de Rotterdam y a los mandos del puerto, que la primera granja flotante en el mundo, sería una innovación espectacular.
Estados Unidos, Singapur y Gran Bretaña entre otros países, se apresuran a pasos agigantados a construir sus propias granjas flotantes, pero esta vez, Holanda hizo la diferencia.