¿”El verdadero peligro de vivir demasiadas veces es perder el miedo a la muerte” o, todo lo contrario, ver la muerte como el peor enemigo de la naturaleza?
Si nos dieran a elegir entre ser mortales o vivir para siempre, los más probable es que la gran mayoría tomaría la pastilla roja: la posibilidad de verlo todo, romper el tiempo, saber a dónde va el mundo y conocer el destino de la humanidad… y cuando piensas en esta última, tu decisión podría cambiar de forma radical. ¿Realmente nos gustaría saber hacia dónde vamos y, peor aún, vivirlo?
No sólo se trata de dejar a todos los que conoces atrás, sino de enfrentar un futuro que no se ve muy prometedor donde la tecnología, el poder y la destrucción son los principales protagonistas. La pregunta es: nacemos y morimos, ese es el ciclo natural pero, ¿qué pasaría si la última se convirtiera en una opción? Una respuesta que se queda corta es que cambiaría absolutamente todo.
En la preparatoria escuchamos, o al menos aquellos que pusieron atención a las clases de Filosofía, que el cuerpo, según Platón, es un vehículo del alma. Que la consciencia y el cuerpo no están unidos y es un simple “accidente” su unión; que esa entidad intangible trasciende y el cuerpo, limitado a la vida, muere…
De eso se trata la nueva serie distópica de Netflix, Altered Carbon, que presenta un escenario en el que los más poderosos tienen la posibilidad de ser inmortales para consolidar su poder de formas no tan humanas. En esta serie la premisa principal es que la consciencia está digitalizada y puede ser transferida a distintos cuerpos, mejor conocidos como “sleeves”.
La historia que sigue Altered Carbon es la de Takeshi Kovacs (Joel Kinnaman), un militar (para algunos un terrorista) que “despierta” 250 años después en otro cuerpo, en un mundo completamente distinto y sin libertad, pues ese nuevo cuerpo es propiedad del hombre más rico del mundo que lo “despertó” para que resolviera un crimen.
A Joel Kinnaman se le une un gran elenco que incluye a la mexicana Martha Higareda, James Purefoy, Renee Goldsberry, Will Yun Lee, Dichen Lachman, el argentino-coreano Leonardo Nam y muchos más para contar, en pocas palabras y con una visión distópica, a qué nos podemos enfrentar si la muerte, para algunos, es una decisión.
Si algo se le debe aplaudir a Altered Carbon, además de las escenas de acción bien llevadas y los momentos de reflexión, es la forma en que propone una representación del futuro de las sociedades multiculturales. En la serie, por ejemplo, escuchamos español (y uno que otro ‘puta madre’), árabe o ruso. ¿No es acaso lo que algunos países europeos o Estados Unidos están viviendo actualmente? Una sola sociedad conformada por diversas lenguas y costumbres…
La serie, basada en la novela cyberpunk de Richard K. Morgan, es toda un experiencia visual que retoma los tintes neo-noir de uno de los clásicos más grandes del cine llevados por Ridley Scott, Blade Runner, y la tendencia de presentar futuros basados en los avances tecnológicos que actualmente estamos buscando, pero sin comprender en su totalidad las consecuencias de los mismos.
A través de esta historia, Netflix le entra al juego de utilizar la ciencia ficción para analizar la realidad de la sociedad y a lo que podría llegar si la vida de los seres humanos permanecen por debajo de la lucha de poder. Y cuando decimos que le entra al juego es porque los ejemplos sobran, empezando por mencionar Black Mirror de la misma plataforma o Electric Dreams de Amazon, y otras menos “futuristas” como The Handmaid’s Tale.
Altered Carbon de Netflix se estrenará este viernes 2 de febrero y con seguridad, será lo que todos los fanáticos de la ciencia ficción y la acción estaban buscando.