Adictos a los videojuegos existen muchos, pero quizá a esta niña ya se le fue la mano, o al menos eso aseguran sus padres, quienes dicen que su pequeña de 9 años prefirió orinarse en el sofá antes que dejar de jugar Fortnite.
El pasado enero, Carol y Richard, padres de la menor, le obsequiaron un Xbox. Poco tiempo después, ella descargó Fortnite, de Epic Games, el ahora famoso videojuego de battle royale que permite a los jugadores entrar en juego con personas de todo el mundo e interactuar con ellas.
De acuerdo a Carol, su hija era tan adicta al videojuego, que en una ocasión golpeó a su padre porque le castigó la consola (¡Tsss! Eso sí es un golpe bajo).
“Su maestra nos llamó para preguntarnos si todo estaba bien. Ella se había quedado dormida dos veces en las lecciones, y sus notas se estaban bajando. Cuando le preguntamos a nuestra hija cuál era el problema, se volvió inusualmente argumentativa y agresiva, lo cual limitamos a sus hormonas”.
Como los jugadores sabrán, aunque el juego es gratuito, para que la cosa se ponga mejor puedes pagar ciertos artículos, desde trajes hasta armas, así que asumimos que esta pequeña fue lo bastante inteligente (cosa que no sorprende en los niños de hoy) y utilizó la tarjeta de crédito de sus papás. Más tarde, ellos se dieron cuenta de los pagos regulares.
Al no saber qué hacer, los Carol y Richard restringieron las horas que jugaba su hija en la consola, pero obviamente como cualquier adicto al crack, encontró una manera para no seguir las reglas y desafió a sus padres.
“Mi esposo vio su luz encendida en la noche y la encontró sentada sobre un cojín empapado de orina jugando. Encontré que su trasero estaba en carne viva. Estaba tan enganchada al juego que ni siquiera quiso ir al baño”.
Preocupados por la situación con su hija, Carol y Richard la llevaron a una clínica de rehabilitación por “adicción al juego”, una enfermedad que fue clasificada este año como una condición por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo a la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS, el desorden del juego se “caracteriza por un control deficiente sobre los juegos, dando prioridad a los juegos sobre otras actividades en la medida en que los juegos prevalecen sobre otros intereses y actividades diarias, y la continuación o escalada de juegos a pesar del ocurrencia de consecuencias negativas”.
Según Steve Pope, el consejero de adicciones que ha estado tratando a la hija de Carol y Richard, hay niños que comienzan su adicción a los videojuegos desde los 8 años.
“He estado trabajando en este campo durante tres décadas y nunca había visto algo así, qué tan extendido y potencialmente dañino es esto”.
“No teníamos idea, cuando le dejábamos jugar el juego, de la naturaleza adictiva o el impacto que podría tener en su salud mental. Ella está en terapia para la adicción después de que se volvió retraída, agitada y perturbada por jugar hasta diez horas al día, a veces jugando hasta el amanecer, mojándose para no tener que abandonar la pantalla”, dijo Carol.
Actualmente Fortnite cuenta con más de 150 millones de jugadores alrededor del mundo y todavía no cumple ni siquiera un año desde su lanzamiento en julio de año pasado. Con Fortnite, los jugadores pueden interactuar con gente del mundo, ya sea para enfrentarse a batallas o para hacer equipos y llegar así hasta el final.