En las últimas semanas ROMA ha sido tema de conversación por todos estos puntos pues, a diferencia de otras producciones de Alfonso Cuarón, de Guillermo del Toro o de Alejandro González Iñárritu, este filme no es una producción gringa, sino 100 por ciento mexicana. Gracias a la intervención de Netflix, esta biografía de la nana de Cuarón fue posible. Fue una creación egoísta sin ningún otro objetivo más que el mostrar una realidad que en su momento, específicamente en los 70, aquejó a todo un país, a una sociedad que dos años antes había sufrido una matanza y represión sin precedentes.
De ahí es que viene a colación el caso de Jorge Antonio Guerrero, actor que conocimos en Luis Miguel, la serie, y que para ROMA funge como el antagonista. Es decir, como Fermín, el novio de Cleo y miembro del grupo paramilitar identificado com los Halcones, quienes fueron entrenados para intervenir en la marcha del 10 de junio de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma de México (UNAM) y ocasionar la matanza mejor conocida como La masacre de Corpus Christi.
En entrevista con el programa De Primera Mano, el actor contó que desde el año pasado recibió la invitación para asistir a los diversos eventos de premiación en Estados Unidos, pero que lamentablemente la visa le fue negada. Y de hecho no una, sino tres veces.
Cuando se le preguntó si asistiría a los premios de la Academia, él respondió: “Fui invitado desde el año pasado, a finales del año pasado tanto a algunas proyecciones como a los Globos de Oro y desde luego a los premios Oscar, pero desafortunadamente cuando tramité la visa no me la quisieron dar”.
Según cuenta Jorge Antonio, no le dieron ninguna explicación. Únicamente le dijeron que no estaba acreditado para tener la visa. En ese momento, cuando el actor relataba esto, los conductores intervinieron para preguntarle si Cuarón no podría hacer algo para que le facilitaran la visa.
Ante esto, él rápidamente contestó que cuando fue a tramitar su visa, “llevaba una carta de Alfonso, de una de las productoras de Netflix” donde expresamente decían que él había participado en la película. “Era una carta dirigida al consulado”, pero lamentablemente, ninguno de los cónsules que le atendió quiso leer las cartas. “Si no la quieren leer, es muy difícil. La última vez que intenté, intenté dársela a la cónsul pero agarró el papel y literalmente me regresó el pasaporte por la rendija. Fue un cuadro poco memorable”, explicó.
Si bien los conductores del programa hicieron mención a las nuevas leyes de migración impuestas por Donald Trump hacia los mexicanos, Jorge aseguró que no se siente una víctima, sino que simplemente son cosas que pasan. “Yo también entiendo que es un trámite, que a veces te puede tocar una persona con mal humor. No sé”.
“Yo lo intento ver como un trámite. Yo voy y cumplo con las normativas que la misma embajada pide. Llego puntual, llevo todo en orden, todos los documentos que comprueban que soy un oficiante del arte interpretativa que es invitado a una alfombra roja y nada más. No me considero una víctima ni mucho menos. Me encanta mi trabajo. Y si en ese sentido me invitan a cualquier parte del mundo pues voy a ir encantado. Por una cuestión de trámite burocrático no puedo ir pues bueno, ya no está en mis manos”, concluyó.
¡En una entrevista #DePrimeraMano👌, Jorge Antonio Guerrero, que da vida a Fermín en #Roma, nos cuenta que no tiene visa, por lo que podría no estar en la ceremonia de premiación de los #Oscars!: https://t.co/bEjzzRPYx2 pic.twitter.com/Vb0WsGDGvI
— De Primera Mano (@deprimeramano) 22 de enero de 2019
Por otra parte, en entrevista con El Sol de Tijuana, Jorge explica que la primera vez que tramitó la visa fue a principios del año pasado. “En ese entonces yo todavía no tenía noticias relacionadas a la película (ROMA). En ese momento mis razones eran turísticas únicamente. Me la niegan y por octubre o noviembre, que ya se había estrenado (la película) en el Festival de Morelia, es cuando me empiezan a hacer estas invitaciones de parte de Netflix tanto para alfombras rojas como Golden Globes”.
De acuerdo a lo que informa el portal, el factor que podría influir a la negación de la visa puede ser la apariencia de Jorge. Incluso él mismo explica: “Yo lo que quiero interpretar es que es una cuestión de trámite. Es un trámite que quiero hacer y que se me ha negado por los entrevistadores que me han tocado. Quiero pensar eso, porque si pudiéramos encontrar el modo de que un oficial consular o alguien en la embajada lea esas cartas de invitación, se podría entender la figura artística que tengo y el intercambio cultural que se está gestando entre dos naciones”.
Cuando se hace mención a un problema de racismo, automáticamente se relaciona con las personas pobres, con las que menos posibilidades tienen o bien, se va a otro lado completamente opuesto como las celebridades que sufrieron de maltratos por parte de otras personas que no pertenecían a su raza. Ambas contrapartes tienen una misma causa, un malestar social y político que a pesar de los años no ha sido resuelto ni a través de la diplomacia ni la tolerancia.
La mayoría de las veces, el racismo existe por la simple apariencia o rasgos físicos. Hay veces en que nosotros mismos, los mexicanos, servimos como detractores de nuestros semejantes. Posiblemente la prueba más fehaciente es lo que ocurre con las actrices que se abren camino en otro país. Ellas, sin importar cómo lo logran, son criticadas y sirven para ser motivo de burla. Otras son criticadas por su “falta de talento”. Sin embargo, cierto es que ninguno de nosotros estamos en sus zapatos. Nadie sabe cómo fue que llegaron ahí y, posiblemente si nosotros hubiéramos tenido esa misma oportunidad la hubiéramos aprovechado.