No importa cuántos años tengas, estamos seguros que una de tus películas de Studio Ghibli es Mi Vecino Totoro. Encantadora, conmovedora y simplemente hermosa, esta es una de las obras más queridas que ha creado Hayao Miyazaki a lo largo de su legendaria carrera, aunque nuestro tierno y enorme protagonista fue el que se robo por completo la atención, un personaje que sin duda se convirtió en icono de la cultura en general.
Quizá en algún punto a la hora de ver esta cinta te dieron ganas de abrazar a Totoro, y no los culpamos pues tiene la pinta de ser muuy suave, pero como ya sabemos este regordete solamente vive en su mundo de fantasía. Sin embargo, hay personas que quieren darle un toque de magia al mundo real como una pareja en Japón, quienes decidieron construir una espectacular estatua de este grandulón.
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Totoro cobra vida en Japón
Resulta que una pareja de abuelitos originarios del pueblo de Takaharu, ubicado en la Prefectura de Miyazaki en el sur del país nipón, quisieron tener un detalle con sus nietas. Ambas aman a Totoro y por supuesto a la película, así que se les prendió el foco y planearon recrear la icónica escena de la parada de autobús para ellas, donde Satsuki le ofrece un paraguas a nuestro protagonista (quien solamente se cubre con una hoja de la lluvia).
De acuerdo con Bored Panda, para llevar a cabo esta enorme y cariñosa misión, los dos pusieron manos a la obra. Lo primero que hicieron fue armar los marcos de madera con los que se guiarían para hacer la figura, después comenzaron a rellenarlo con ladrillos y cemento para terminar pasándole una capa de yeso que se convirtió en la piel del grandulón (y que según la misma fuente, cambia de color dependiendo de la humedad).
Esta obra maestra está al alcance de todos
Después de entregarle esta verdadera obra de arte a sus nietas –no sin antes jugar con ella y tomarse un montón de fotos–, los abuelitos decidieron abrir este espacio al público en general para que todos puedan apreciarlo. Y por supuesto que desde el primer día nadie perdió la oportunidad de ver de cerca esta maravilla, pues nadie se puede resistir a tomarse una selfie o abrazar a la estatua gigante del querido Totoro.
Por si esto no fuera suficiente, también hay algunos recuerditos en este lugar. Una casa de huéspedes cercana a esta zona turística vende paraguas rojos para que tu fotografía salga lo más parecida a la película, y justo cuando crees que esto no podría ser más lindo, también hay una máquina expendedora de bellotas en la parada de autobús que por 100 yenes (algo así como 21 pesitos mexicanos) obtendrás una de ellas y hasta una fortuna de buena suerte.
Sin duda, esta es una de las experiencias que cualquier fanático de Studio Ghibli tiene que vivir al menos una vez en la vida. Ahora solo nos queda esperar a que la situación de la pandemia del coronavirus esté completamente controlada para tomar el primer vuelo disponible a Japón y visitar la estatua del querido Totoro, ¿a poco no?