La filmografía mexicana está llena de títulos que revelan las distintas realidades de nuestro país y cómo han mutado (o no) a lo largo de la historia. Muestran, entre ficciones y documentales, algunos hechos que nos han permitido construir una memoria para comprender la situación en la que actualmente nos encontramos.
Como consecuencia, muchas de esas películas sufrieron de distintos tipos de censura. Desde la prohibición de su proyección y/o reproducción, hasta la condición de salir a la luz tras eliminar algunas escenas clave. Han sido varios los filmes censurados, pero todos ellos nos recuerdan cómo el cine, como mencionamos, funciona como un archivo.
Entre las más populares está La sombra del caudillo de Julio Bracho, la cual se enlató durante 30 años, quizá el mayor tiempo para una película. Esta cinta, una adaptación de la novela del mismo título, contó desde la ficción uno de los periodos más oscuros en la política mexicana. Lo cual le valió la censura durante tres décadas. En SNACK les contamos más de los hechos históricos que inspiraron la novela de Martín Luis Guzmán.
Aquí abajo les contamos más de esta cinta y su prohibición, así como de algunas otras que fueron censuradas, así como las razones por las cuales el gobierno decidió esconderlas o cortarlas.
La mancha de sangre
Una vez, en el México del siglo XX, al menos en la primera mitad, existió algo llamado la Liga de la Decencia. No era un grupo conformado por gente sobresaliente, mucho menos superhéroes. Era un intento de institución conformado por personajes ultraconservadores de las altas esferas sociales y políticas como el presidente Manuel Ávila Camacho.
¿Y qué hacían estas personas decentes? La realidad, es que lo único que hacían era ofenderse por todo lo sucedido en la vida pública de este país, entre ello, los estrenos de películas que consideraban impúdicas, vulgares y que atentaban contra los valores de las familias mexicanas.
Una de las películas a las que ni siquiera se les pasó el hacha, sino que prohibieron en su totalidad, fue La mancha de sangre (1937) de Adolfo Best Maugard, la cual se censuró durante seis años. ¿Por qué? Pues la protagonista era una trabajadora sexual que se enamora de un sujeto que pronto se convierte en un gángster.
En este filme de Maugard hay una escena en la que una mujer se desnuda y baila ante la mirada de varios hombres y mujeres. Es un desnudo completo, pero está bien cuidado entre sombras y cuadros que se intercalan con la mirada de los demás.
Pero nunca antes se había visto algo así, y La mancha de la sangre quedó prohibida durante seis años hasta 1943 cuando se publicó después de que se eliminaran o editaran algunas escenas. Sorpresivamente, esta escena que les narramos antes logró llegar a la edición final.
Después de unos días en cartelera, la película salió de salas y se perdió. Fue hasta la década de los 90 que se encontró en una bodega de los Estudios Churubusco y se logró restaurar una versión con duración de una hora y cinco minutos. Se cree que la cinta original era de una hora y media.
La sombra del caudillo
La sombra del caudillo es una de las novelas más importantes del siglo XX en México. Escrita por Martín Luis Guzmán en 1929, la obra tiene al centro de su historia algunos de los hechos reales más oscuros de la política mexicana, específicamente el asesinato del general Francisco R. Serrano en manos de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles.
La novela fue prohibida durante unos años, y su autor tuvo que salir de México. Una suerte similar corrió la adaptación de fílmica de Julio Bracho, la cual en un inició contó con la aprobación del gobierno federal durante la administración de Adolfo López Mateos, e incluso, le permitieron filmar en el Castillo de Chapultepec y la Cámara de Diputados.
El elenco está comandado por Tito Junco e Ignacio López Tarso como los contrincantes que están en busca de la silla presidencial. Junto a ellos está Miguel Ángel Ferriz como el “Caudillo”.
Una vez terminada la película, se presentó al presidente, gabinete y miembros del ejército, quienes decidieron que la película no se estrenaría. Durante 30 años, la película se mantuvo en las sombras de las siguientes administraciones.
Fue hasta 1990 que la película, de manera oficial, vio la luz (lamentablemente, Julio Bracho ya había muerto). Con un estreno moderado, La sombra del caudillo se estrenó para convertirse en una de las producciones mexicanas más aclamadas en nuestra filmografía.
Rosa blanca
Otra película protagonizada por Ignacio López Tarso que fue censurada por las autoridades en México. Se trata de Rosa blanca de Roberto Gavaldón, la cual toma su título de una hacienda localizada en Veracruz, y está ambientada en la década de los 30.
Aquí conocemos, en 1937, a Jacinto Yáñez, dueño de una hacienda donde descubren que hay yacimientos de petróleo. Condor Oil Building, una empresas estadounidense, intenta comprarle el terreno, pero este se niega en varias ocasiones. Finalmente toman posesión del lugar cuando Yáñez desaparece.
La película estaba programada para salir en 1961, pero se enfrentó a la censura del gobierno de Adolfo López Mateos, quienes creyeron que tocaba un tema bastante delicado, a nivel político, en referencia a la expropiación petrolera de la gestión de Lázaro Cárdenas. La película fue censurada por más de 10 años, y finalmente se estrenó en 1972.
Uno de los rumores alrededor de esta cinta y la censura, se relaciona con la actriz Christiane Martel, quien aparece en el filme. La actriz francesa se había casado con Miguel Alemán Velasco, hijo del expresidente Miguel Alemán Valdés. Y dijeron que este se había negado a ver a su esposa en la cinta en una escena sugerente.
La viuda negra
Esta lista no estaría completa sin una cinta de Arturo Ripstein, uno de los más grandes directores mexicanos que ha integrado a nuestra filmografía un sinfín de filmes provocadores que, si bien causaron controversia, abrieron una conversación que a la fecha perdura.
Una de sus películas, La viuda negra, fue censurada durante siete años. Basada en la obra Debiera haber obispas de Rafael Solana de 1953, la película (con el protagónico de Isela Vega y Mario Almada) nos presenta a Matea, una chica huérfana que cuida la iglesia de un pueblo. Tras intentos fallidos del médico del pueblo de seducirla, decirle inventar la mentira de que ella tiene una relación con el párroco.
El pueblo cuestiona el rumor, y el padre lo reprueba. Pero al negarse a correrla del lugar, le da refugio en la iglesia. Y es así como de verdad comienzan un amorío que termina con la muerte del padre (de la que ella es acusada). Matea toma el lugar del padre como “dueña” de la parroquia.
Y pronto seduce al nuevo padre, quien cae en la tentación. Es así como hace un llamado a los feligreses donde en lugar de dar misa, comienza a revelar algunos de sus secretos entre los que está el adulterio, corrupción y demás.
Felipe Cazals venía de estrenar Canoa durante una administración que había designado a Rodolfo Echeverría, actor y hermano del presidente, como director del Banco Nacional Cinematográfico. Por lo que se abrieron las puertas para las propuestas fílmicas más arriesgadas.
Sin embargo, tras el periodo de Luis Echeverría en Los Pinos, llegó José López Portillo y las cosas dieron un paso atrás. La viuda negra fue filmada en 1977, pero la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía dirigida por Margarita López Portillo decidió censurarla al no conceder los permisos requeridos para su estreno.
Rojo amanecer
Rojo amanecer de Jorge Fons es una de las películas más determinantes en nuestra filmografía a partir de que retrató uno de los eventos más dolorosos en la historia de México: la matanza de Tlatelolco de 1968. Y de hecho, fue la primera película en hacerlo.
Durante un año se prohibió la reproducción de Rojo amanecer, pues la condición para que se estrenara, impuesta por el presidente en turno, Carlos Salinas de Goratri, era que se borraran algunas escenas como la de un niño que camina entre cadáveres o la mentada de madre al Ejército. Un total de 4 minutos.
El cineasta resistió lo más que pudo. La cosa es que antes de que el gobierno aprobara su reproducción (ya con las escenas eliminadas), uno de los productores envió una copia completa que se convirtió en material para la piratería. Tal cual, la gente pudo ver Rojo amanecer en su versión original gracias a la reproducción ilegal de esa copia.
Lo interesante de este título, también, es que se financió con dinero del director y algunos actores como Héctor Bonilla. Cuando varias productoras rechazaron producir el filme, se dieron cuenta que anunciar sus filmaciones también traería problemas, por lo que decidieron arrancar la producción en secreto en un almacén (durante tres semanas).