Lo que necesitas saber:
Aquí tenemos una guía de películas para que el 2024 sea un año lleno de buen cine y de historias que transformarán nuestra vida.
Uno de los mejores propósitos que podemos tener es usar el año para ver mucho cine y qué mejor si dejamos que el séptimo arte nos guíe durante la próxima travesía de 365 días. Para hacer más fácil esta tarea, hemos seleccionado 12 películas para ver en los siguientes 12 meses y tener un mejor 2024.
Y es que ver cine es una de las mejores maneras de reducir el estrés, cambiar de perspectiva, ser más empáticos y sobre todo de desarrollar la creatividad, ya que las películas tienen el don de transportarnos a sitios que no conocemos y situaciones que nunca viviremos.
Nuestra curaduría para el año tiene de todo; días que se repiten, historias de amor épicas, batallas internas, muertos que nunca murieron y una buena dosis de personajes que se enfrentan al viaje de su vida.
Con esto en mente y para que los meses que vienen estén llenos de arte, aquí les dejamos doce propuestas para los doce meses que se aproximan. Esperemos que les gusten y sobre todo, que tengan un increíble inicio de año.
Enero: El día de la marmota (Harold Ramis, Estados Unidos, 1993)
Un meteorólogo de un canal local tiene que cubrir, en el peor día del invierno, una celebración en un pequeño pueblo que consiste en observar el comportamiento de una marmota.
Durante este extraño ritual de inicio de año, el hombre descubrirá el abismo que existe entre lo que se desea y lo que necesita.
Febrero: Orgullo y Prejuicio (Joe Wrigth, Reino Unido, 2005)
Nada como el amor épico de una de las novelas más importantes de todos los tiempos para maldecir o amar el último mes del invierno.
En esta cinta llena de luz y paisajes bucólicos del siglo XIX, se cuentan las vicisitudes del amor, o mejor dicho, de enamorarse de la persona que en un inicio querías odiar.
Marzo: Volver (España, Pedro Almodóvar, 2006)
La vida de un grupo de mujeres de pueblo se transforma cuando las verdades del pasado y del presente salen a la luz.
Además de contar con una de las mejores actuaciones de Penélope Cruz, esta obra es una bella narración sobre el resurgimiento del sol y la importancia del legado femenino en las familias.
Abril: El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, Japón 2001)
Esta animación japonesa de los Estudios Ghibli nos cuenta la historia de una niña que tras tomar un atajo en un viaje entra a una especie de parque de diversiones abandonado.
Entonces, durante su travesía la pequeña tendrá que aprender, con ayuda de seres sobrenaturales, la importancia del tiempo, de la libertad, la lealtad y de apreciar lo que tenemos.
Mayo: Los chicos están bien (Lisa Cholodenko, Estados Unidos, 2010)
Esta cinta narra la historia de dos madres que se enfrentan al repentino deseo de sus hijos de conocer a su padre biológico, un donador de esperma que desafiará el entorno familiar.
Se trata de una película encantadora que nos invita a reflexionar sobre las diversas maternidades que existen en el siglo XXI.
Junio: 500 citas con ella (Marc Webb, Estados Unidos, 2009)
No hay mejor forma de empezar el verano que al lado de Tom, un arquitecto romántico que se enamora perdidamente de Summer, su compañera de trabajo. Son casi la pareja perfecta, salvo que ella no cree en el amor ni en el compromiso.
Esta icónica comedia es una lección de vida sobre lo duro y solitario que es el amor no correspondido.
Julio: El graduado (Mike Nichols, Estados Unidos, 1967)
Un joven recíen graduado de la universidad tiene un romance fugaz con una señora casada deseosa de reinventar sus experiencias sexuales.
Esta película desafía lo que sabemos de la existencia. Es más bien un ritual de paso para las personas que están a punto de lanzarse al vacío del futuro y no saben por dónde empezar.
Agosto: Midsommar (Ari Aster, Suecia, 2019)
La mitad del año y del verano nos conduce lentamente a esta cinta de terror que se centra en Dani, una mujer rota que tras un incidente traumático viaja a Europa para visitar una comuna que todos los años celebra un colorido festival de verano donde todo parece felicidad.
Entonces, con el paso de los días, la mujer descubrirá que detrás de las flores y las sonrisas hay un culto siniestro que pretende coptar a los recién llegados.
Septiembre: Temporada de patos (Fernando Eimbcke, México, 2004)
Los estudiantes regresan a clases, empieza el otoño y se siente que el mundo se nos viene encima. Para remediar esta situación, nada mejor que pasar la tarde de un domingo con dos adolescentes sin nada que hacer y un repartidor de pizza con problemas existenciales.
Y esta pequeña cinta independiente es quizá una de las mejores comedias que se han hecho en el país.
Octubre: Los otros (Alejandro Amenábar, España-Estados Unidos, 2001)
Los árboles se quedan sin hojas y poco a poco el paisaje se vuelve más lúgubre. Este es el mejor momento para ver este thriller sobre una mansión tenebrosa, una madre devota y sus dos hijos que sufren de un padecimiento llamado fosfosencibilidad.
Esta película nos remite a lo mejor del terror psicológico, ese que sucede cuando apagamos las luces y nos vemos forzados a ver la oscuridad.
Noviembre: Rebecca (Alfred Hitchcock, Estados Unidos 1940)
La historia parece simple, una mujer conoce a un acaudalado viudo durante unas vacaciones en Italia. Se enamoran, deciden casarse precipitadamente y vivir en una opulenta casa en medio de la nada.
Así, en esa mansión gigante la joven se tiene que enfrentar no sólo a una mucama oscura que la detesta, sino al tenebroso recuerdo (casi vivo) de la esposa fallecida de su nuevo marido.
Diciembre: El ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica, Italia, 1948)
La película clásica del hiperrealismo que revolucionó el lenguaje cinematográfico es ideal para cerrar el año. La trama nos relata las penurias y el desempleo que se vivía en Italia tras el paso de la Segunda Guerra.
En la caótica Roma de 1948, un hombre consigue un trabajo para el que necesita una bicicleta. Sin embargo, un misterioso ladrón se la roba dejándolo desamparado. Este hurto embarca al protagonista en un viaje por la ciudad que terminará por transfórmalo.