Aunque algunos estén en contra de que Frida Kahlo represente verdaderamente el empoderamiento de la mujer, lo innegable es que la artista mexicana llevó un estandarte para todas las mujeres creativas y talentosas, con una inmensa pasión por hacer lo que les gusta sin miedo a ser señaladas y con plena libertad.

La eterna mujer de las flores en la cabeza y ceja prominente, es un verdadero ejemplo a seguir, ya que aunque el término de ‘arte’ siempre entrará en lo subjetivo, ella pudo expresar a pincelazos lo que las palabras no pueden hacer, en su arte logró plasmar de la mejor forma sus emociones y sentimientos, lo bueno y lo malo, todo lo supo bajar de la cabeza a la muñeca.

Por eso, a manera de homenaje, aquí te dejamos algunas de sus pinturas de 1924 a 1954 para que veas cómo fue evolucionando con el paso de los años.

Charola de amapolas – 1924

Charola de amapolas – 1924

Esta fue una de las primeras obras de una primeriza Kahlo fue ejecutada en estilo “Art Nouveau“, estilo muy popular durante este período. Se pintó sobre una bandeja de servir de metal y era un regalo para su tía. En el borde de la bandeja hay una inscripción que dice: “Para mi tía Anita de parte de su sobrina Frida Kahlo

Paisaje Urbano – 1925

Paisaje Urbano – 1925

Con sólo 18 años, y después de que saliera del hospital donde se estaba recuperando de su accidente de autobús, Frida pintó esta pequeña y desnuda escena de unos tejados. En este cuadro, podemos ver como Frida estaba aprendiendo nuevas técnicas. Testigo del cambio de México hacia una zona industrial, quería reflejarlo en su trabajo. Con las simples estructuras cuadradas y la falta de color, Frida es capaz de transmitir la frialdad y desolación de este paisaje urbano.

Retrato de Cristina, mi hermana – 1928

Retrato de Cristina, mi hermana – 1928

En esta pintura ya se apunta la influencia en cuanto a estilo de Diego Rivera. En sus previos retratos y autorretratos, Frida pintaba con colores oscuros, y en esta ocasión optó por usar colores mucho más claros. En 1988, este retrato se vendió en Sotheby’s por 198 mil dólares, y en el 2001 se vendió por más de un millón y medio.

Autorretrato – 1930

Autorretrato – 1930

Esta fue una de las primeras pinturas de Frida hechas después de su matrimonio con Diego Rivera. Aquí Frida ha reemplazado el lujoso traje de terciopelo con un traje tradicional campesino y pendientes mexicanos. En este autorretrato, así como en muchos de los otros que pintó, la artista mexicana aparece como si estuviera posando para una cámara. 

Mi nacimiento – 1932

Mi nacimiento – 1932

Es sabido que Diego Rivera animó a su esposa a iniciar un proyecto para documentar los eventos más importantes de su vida en una serie de cuadros. En esta pintura, la primera de la serie, Frida pinta, tal y como ella dijo “…como imagine que nací“. En lugar de la cara oculta de la madre fallecida, Frida pintó la sollozante cara de la “Virgen de las Angustias” en una pintura colgada sobre la cama. Este cuadro es parte de una colección de obras de Kahlo que Madonna tiene en su poder. En una entrevista con la revista Vanity Fair en 1990, la reina del pop dijo que ella usaba este retrato como prueba para determinar quienes son sus amigos. “Si a alguien no le gusta este cuadro, sé que no podemos ser amigos”, dijo la intérprete de Like a Virgin.

Mi nana y yo – 1937

Mi nana y yo – 1937

Como la madre de Frida fue incapaz de amamantarla porque su hermana Cristina nació  once meses después de ella, tuvo que ser amamantada por una nodriza, una india, a la cual la familia contrató para esta función solamente, aunque fue despedida tiempo después por sus problemas de alcoholismo. La nodriza no está abrazando a Frida, la muestra como una ofrenda para el sacrificio, como un reflejo de pérdida y separación de su propia madre, con la cual nunca estuvo muy unida.

Autorretrato – El marco – 1938

Autorretrato – El marco – 1938

En este retrato, Frida parece estar experimentando con varias técnicas a la vez. El autorretrato de Frida y el fondo azul están pintados en una hoja de aluminio, mientras que los pájaros y las flores están pintados sobre el vidrio que está encima del retrato. En 1939, Frida viajó a Paris para participar en“Mexique”, una exposición que mostraba trabajos de artistas mexicanos y esta pintura estaba incluida en la exposición. Cabe mencionar que aunque la exposición no fue un éxito, este retrato se convirtió en la primera obra de un artista mexicano del siglo XX que el Museo del Louvre adquirió.

Las dos Fridas – 1939

Las dos Fridas – 1939

Poco después de su divorcio de Diego Rivera, Frida completó este autorretrato de dos diferentes personalidades. En su diario, Frida escribe que el origen de este cuadro está en sus recuerdos de un amigo imaginario de la niñez. Más tarde, ella admitió que refleja las emociones que rodearon a su separación y crisis marital. A la derecha, la parte de su persona que era respetada y amada por Diego es la Frida mexicana vestida de tehuana. En su mano sostiene un amuleto con el retrato de Diego cuando era un niño. A la izquierda, una Frida bastante más europea con un vestido victoriano de boda de encaje blanco, la Frida que Diego abandonó.

En 1947, este cuadro fue comprado por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México. El precio de compra fue de 4 mil pesos por la pintura y 36 pesos adicionales por el marco. Este fue el precio más alto pagada a Frida en toda su vida por uno de sus trabajos. Una reproducción de esta pintura se exhibe en el Museo Frida Kahlo, Coyoacán, México.

Autorretrato dedicado al Dr. Eloesser – 1940

Autorretrato dedicado al Dr. Eloesser – 1940

Como agradecimiento por el tratamiento que estabilizó su condición de los recurrentes dolores de espalda y de una infección en la mano que padecía a finales de 1939, Frida pintó este autorretrato para él. Los pendientes que lleva fueron un regalo de Pablo Picasso, a quien conoció mientras estaba en París. El collar de espinas alrededor de su cuello es un recordatorio del dolor del cual el Dr. Eloesser la liberó. Cuando él murió en 1976, le dejó como herencia este cuadro a su compañera de muchos años, Joyce Campbell. A ella nunca le gustó el cuadro y lo vendió poco tiempo después de recibirlo.

La columna rota – 1944

La columna rota – 1944

Una pintura demasiado fuerte e impactante de 1944. Cuando Frida pintó este autorretrato, su salud se había deteriorado hasta el punto de tener que llevar un corsé de acero para sujetar su columna vertebral durante cinco meses. El clavo más largo que está justo en su corazón indica la fuente de el dolor emocional causado por Diego. Originalmente Frida se pintó completamente desnuda pero más tarde decidió que el desnudo integral distraía del tema central y foco del cuadro.

Autorretrato con el pelo suelto – 1947

Autorretrato con el pelo suelto – 1947

En 1946, viajó de nuevo a Nueva York para una fusión espinal. Esta operación ha sido llamada “el principio del fin” para Frida, ya que su condición cada vez empeoró más y más después de ésta intervención quirúrgica. “Aquí me pinté yo, Frida Kahlo, con mi reflejo en el espejo. Tengo 37 años y es Julio de 1947. En Coyoacán, México, el sitio en donde nací“, afirma, aunque en realidad tenía 40 años. Se dice que la abundante cabellera, fue para complacer a Diego, el cual amaba su larga y flotante pelo.

Este cuadro se subastó en Christie’s, New York, en Mayo de 1991, y se vendió por $1,650,000. En la película de “Frida“, del 2003, Salma Hayek interpretó a la famosa pintora mexicana, y se sabe que durante el rodaje de esta película y en su tiempo libre, Hayek, una pintora aficionada, pintó su propia versión de este autorretrato de Kahlo.

Autorretrato con el retrato del Dr. Farrill – 1951

Autorretrato con el retrato del Dr. Farill – 1951

En 1951, el Dr. Farill llevó a cabo una serie de siete operaciones en la columna vertebral de Frida. Ella permaneció internada en el hospital en la CDM durante poco más de nueve meses, y en noviembre de ese mismo año, Frida por fin se encontró suficientemente bien para pintar. Su primer cuadro fue este autorretrato dedicado al Dr. Farill. “Estuve enferma durante un año….siete operaciones en mi columna vertebralel doctor Farill me salvó“, escribió en su diario. Éste fue su último autorretrato firmado.

Viva la vida, sandías – 1954

Viva la vida, sandías – 1954

La mayor parte de libros sobre Kahlo están de acuerdo en que esta la última pintura de Frida y que ocho días antes de su muerte añadió la inscripción “Viva la Vida – Coyoacán 1954 – México“. En el libro “Frida Kahlo – Naturalezas muertas“, el autor Salomon Grimberg sugiere que “Viva la vida” podría no haber sido pintada en 1954 y fue probablemente pintado en 1952, pero la inscripción no se incluyó en ese momento. Sintiendo que su muerte era inminente, unos pocos días antes de su muerte, por última vez Frida puso el pincel en la pintura roja para añadir la inscripción y firmarla…como si se estuviera despidiendo.

 Para ver todos y cada uno de las obras de Frida Kahlo, visita fridakahlofans.com

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