Estamos a unos días de conocer a los ganadores de la entrega número 92 de los Oscar, la máxima gala de Hollywood, que para este año hay muchas cintas grandiosas nominadas a Mejor Película como Jojo Rabit, Joker, Once Upon a Time… in Hollywood, Marriage Story, The Irishman, 1917, Ford v Ferrari, Little Women y Parasite, que nos han quebrado la cabeza porque no tenemos ni idea de quien se lo llevará, realmente la pelea está dura.
A lo largo de los años, la Academia ha premiado algunas películas que a comparación de otras cintas no merecían llevarse el máximo galardón que pueden otorgar. Para recordar todas esas ocasiones en que han metido la pata, les presentamos 10 películas que de plano no debían llevar el Oscar.
1956
Around the World in 80 Days
Debía ganar: Giant
Esta historia comenzó hace más de 60 años, en la entrega número 29 de los Premios Oscar, hubo algunas películas que estaban en la contienda y la decisión no fue fácil. La gran ganadora de esa gala fue Around the World in 80 Days de Mike Todd, que estaba inspirada en la novela homónima del escritor Julio Verne y contaba con grandes nombres como David Niven, nuestro paisano Cantinflas y hasta el mismísimo Frank Sinatra apareció por ahí.
Aunque para muchos estuvo bien elegida, la verdad es que hubo otra película que se merecía aún más la estatuilla dorada, Giant. Este es un drama dirigido por George Stevens que contó con la participación de dos de las estrellas más grandes de la época, James Dean y Elizabeth Taylor. En ella veíamos a una familia cediendo sus tierras para explotar el petróleo, dejándolos completamente desamparados.
1971
The French Conection
Debía ganar: La Naranja Mecánica
Otra de las injusticias más grandes de los Oscar. En 1970, Stanley Kubrick dirigió una de las películas más importantes de su filmografía y en la historia del cine, La Naranja Mecánica. La historia de Alex DeLarge, sus drugos y la ultraviolencia sacudió al mundo a tal punto que, en algunos países su proyección estuvo prohibida, aunque eso no fue impedimento para que las siguientes generaciones se maravillaran con esta cinta. Por supuesto que desde tiempos inmemorables, la Academia ya era de piel delgada y la eliminó por completo de la contienda por las temáticas tan fuertes que se veían en ella.
En su lugar le dieron el premio a Mejor Película se lo llevó The French Conection de William Fredkin, la cual cuenta la historia de dos policías que siguen la pista de una red de traficantes de drogas dirigida por dos franceses que acaban de llegar a Estados Unidos. No se nos olvida jamás que nunca le dieron un Oscar al gran Stanley Kubrick.
1976
Rocky
Debía ganar: Taxi Driver
Sí, sabemos que Rocky, la historia del boxeador que a pesar de las adversidades logró consagrarse como uno de los campeones más importantes de ese deporte es de las películas más queridas por todos los fans del cine, eso lo tenemos en mente. Pero seamos realistas, a pesar de que cuenta con grandes momentos, como todo el entrenamiento que tuvo que pasar para enfrentar al gran Apollo Creed, el nivel de producción y dirección no se comparan con lo que hizo Martin Scorsese en Taxi Driver.
La historia del solitario Travis Bickle -interpretado por Robert De Niro– y su enorme transformación de un simple ex combatiente en Vietnam que trabaja como taxista en Nueva York, a un vengador anónimo en la turbia vida nocturna de la ciudad, se quedó en el ADN de todos los que aman el séptimo arte. Nuestro corazón va con Rocky pero la razón le da la estauilla a Taxi Driver.
1980
Ordinary People
Debía ganar: Toro Salvaje
Al parecer a mediados de los 70 y 80, la Academia tría un pleito casado con el señorón Martin Scorsese. Como lo vimos arriba, cuatro años antes no le dieron el premio a Mejor Película por Taxi Driver, una de sus obras magnas y en 1980 pasó exactamente lo mismo con otra de las películas más importantes de su carrera, Toro Salvaje, que nos traía de nuevo una historia del director junto a Robert De Niro y Joe Pesci que narraba la vida de un boxeador que gracias a la enorme rabia que carga termina su relación con su esposa y familia. (Al parecer el buen Martin creyó que con una historia parecida a Rocky por fin le darían el Oscar, jiar jiar).
Lamentablemente esto no fue así y en lugar de darle el premio a Toro Salvaje, el máximo galardón se lo llevó Ordinary People de Robert Redford, la cual se centra en la vida de una familia modelo estadounidense que en medio de una tragedia, uno de sus miembros tiene que enfrentar la culpa por la muerte de un familiar. Martin Scorsese tuvo que esperar un buen rato para poder llevarse un Oscar a su casa y este año tiene otra oportunidad.
1995
Forrest Gump
Debía ganar: Pulp Fiction
Esta fue una de las decisiones más difíciles en la historia de la categoría, pues Forrest Gump es una de esas películas que nos robaron el corazón gracias a la enorme historia que protagonizó el querido Tom Hanks, y que nos dejó grandes momentos en la cultura pop como el famosísimo Run Forrest, y algunos personajes entrañables como Bubba, el teniente Dan, Jenny y más. Aunque todos amemos esta cinta, debemos ser bien sinceros y ver las cosas con claridad, Quentin Tarantino y Pulp Fiction merecían ser los ganadores.
No solo nos presentó una historia no lineal que involucraba a personajes interesantes como Vicent Vega, Jules Winnfield y Mia Wallace, sino que revivió la carrera de John Travolta y abrió la puerta a que muchas películas independientes con mucha calidad estuvieran consideradas por la Academia. A lo largo de los años lo único que le han dado a Tarantino es el premio a Mejor Guión y en 2020 el director tiene chance de llevarse por fin el máximo galardón de la Academia.
2002
Chicago
Debía ganar: The Pianist
Cuando pensábamos que la Academia entrando en el nuevo siglo por fin corregiría el camino y premiaría a la verdadera ganadora del año, en 2002 nos dejaron muy claro que seguirían pasando esta clase de cosas. Las películas nominadas más fuertes de esa edición de la gala eran dos: Chicago, el famoso musical de Broadway que en esta adaptación cinematográfica fue dirigida por Rob Marshall y protagonizada por Catherine Zeta-Jones, Richard Gere, Queen Latifah y la ahora nominada al Oscar a Mejor Actriz, Renée Zellweger y The Pianist, la historia filmada por Roman Polanski y que tenía a Adrien Brody como actor principal.
A pesar de contar con una historia impactante y apelar al sentimiento de las personas que sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial, eso no fue suficiente para que le dieran el premio.
2004
Crash
Debía ganar: Brokeback Mountain
2004 fue un año que nos dio grandes películas y en muchos casos se atrevieron a darnos historias que jamás habíamos visto. Una de ellas fue Brokeback Mountain, la conocida trama basada en el cuento del mismo nombre que se centra en la vida de dos jóvenes (interpretados por Jake Gyllenhaal y Heath Ledger) que se enamoran durante el verano de 1963 mientras trabajan juntos.
Al parecer los miembros de la Academia de Hollywood quisieron irse por la segura y le dieron la estatuilla dorada ese año a Crash, dirigida por Paul Haggis y que se desarrollaba alrededor del descubrimiento de un cuerpo y un equipo de investigación un poco inusual.
2010
The King’s Speech
Debía ganar: Inception
En 2010, el gran Christopher Nolan nos sorprendió estrenando una de las películas más importantes de su carrera, Inception. Y es que no es para menos, pues aquí el director de la mano de Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Tom Hardy y más nos sacó de la realidad e incluso nos hizo darnos cuenta que a estas alturas, aún es posible innovar teniendo una gran idea en la mente.
Aunque era una de las mayores contendientes y la gran mayoría quería que se llevara el Oscar, el premio fue para The King’s Speech de Tom Hooper (sí, el mismo que en 2019 nos trajo la infame Cats) y que nos contaba la historia del duque Jorge de York –interpretado por Colin Firth– que se llevó las palmas del público y toda esa gala.
2011
The Artist
Debía ganar: The Tree of Life
Inaugurando una nueva década de los 2000, la ceremonia 2010 de los premios Oscar pintaba para ser memorable. En ese año, Meryl Streep y Octavia Spencer fueron las ganadoras de la noche, pero a la hora de conocer a la Mejor Película llegó la controversia. Premiando a la creatividad y no tanto la historia, la estatuilla dorada se fue directo hasta Francia gracias a The Artist, que nos regresó a las películas mudas y en blanco y negro, que muchos consideraron era merecido.
Pero la verdad es que el Oscar se lo debió llevar The Three of Life, ¿por qué lo decimos? Bueno, porque se salió de los moldes establecidos en Hollywood, contando la evolución de una familia típica estadounidense pero sobre todo viendo como crece Jack, el hijo mayor. No sigue una narración convencional y tiene un fuerte contenido religioso, es por eso que quizá la Academia no quiso darle el mérito que merecía.
2012
Argo
Debía ganar: Amour
Ya para terminar y el caso más reciente es el que pasó en 2012, cuando la categoría de Mejor Película se la llevó Argo. La verdad es que entendemos por qué tomaron esta decisión todos los votantes de la Academia, pues está centrada en una historia de la vida real y nos cuenta cómo es que se las ingenió el agente de la CIA, Tony Mendez para sacar a un grupo de diplomáticos de los Estados Unidos que estaban atrapados en Irán, básicamente porque cargaron todo ese espíritu patriótico que suele existir en la gala.
A pesar de esto, el Oscar debía ser para Amour, pues conmovió al mundo contando cómo fue la vida de una pareja de ancianos que vivían en París, que un día sin pensarlo tienen que enfrentarse ambos a una terrible enfermedad, demostrándonos que el amor puede superar cualquier adversidad y sí, efectivamente, hicimos la lloración con esa película.