¿Alguien dudaba sobre la presencia de Aaron Rodgers contra los Vikingos de Minnesota? El quarterback de Gren Bay, quien sufrió un esguince de rodilla y prendió las alarmas el domingo tras abandonar y después regresar para remontar los Chicago Bears, entrenó por primera vez desde la lesión y todo apunta a que estará sobre el ememparrillado.
Rodgers aseguró que no tomó ningún medicamento el domingo para controlar el dolor, luego de ser capturado en el segundo cuarto y recibir sobre la rodilla izquierda el peso del ala defensiva Roy Robertson-Harris, lo que obligó a abandonar el juego en ese momento, pero el veterano mariscal regresó para guiar una épica remontada 24-23.
Ante esta situación, Rodgers se presentó a las prácticas tanto el miércoles como el jueves. El viernes el equipo recibió descanso y hoy previo al juego, Green Bay hizo un entrenamiento ligero, en el cual apareció el quarterback.
El último filtro para verlo o descartarlo (situación casi descartada) es una práctica de hora y media antes del juego. Si Aaron Rodgers la resiste, lo veremos en el campo, de lo contrario podría alternar con Deshone Kizser. Sea cual sea el caso, los Vikingos esperan a Rodgers en el campo.
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— Green Bay Packers (@packers) 15 de septiembre de 2018
El equipo médico de los Packers ha tratado con algodones la lesión del mariscal, quien se ha sometido a tres intervenciones en la rodilla, dos de ellas fueron artroscopias (sólo se hacen pequeñas fisuras, se introduce una cámara y pequeños instrumentos quirúrgicos) y una reconstrucción completa del ligamento cruzado posterior, por lo que de cierta forma se encuentra familiarizado con el dolor en dicha articulación.