“Fue en un cabaret, donde te encontré bailando…” y por cabaret me refiero a las películas en VHS que se conseguían en el tianguis o las sesiones de “Cine de ficheras” que cada domingo se podían ver en el Canal 9 (ahora Galavisión).
Al ritmo de la Santanera comienza Bellas de Noche, documental en el que nos enteramos qué fue de aquellos mujerones que engalanaron las aventuras de Alfonso Zayas y compañía. Aventuras surrealistas en las que hombres comunes y bien corrientes cumplían las fantasías de aquellos a los que representaban: albañiles, verduleros, taqueros, taxistas y cualquiera que, con unas cubas y pulques encima, tuviera el suficiente arrojo e ingenio para conquistar a la exuberante chamacona en cuestión.
Eso sólo en pantalla. En la vida real era con joyas, dinero, viajes y lujosos detalles. Pero todo eso se ha ido y sólo queda el recuerdo del mundo irreal en el que habitaron las no menos irreales (como salidas del Libro Vaquero) Olga Breeskin, Lin May, Rosy Mendoza y La Princesa Yamal, vedettes folclóricas que protagonizan la cinta de María José Cuevas.
Irrealidad en el pasado y en el presente
En los años pasados, irrealidad al llamarse “artistas”, sabiendo que su única gracia era poseer cuerpos de infarto, los cuales lucían deliciosamente a la menor provocación. ¿Cantar?, ¿bailar?, ¿actuar? eso era un innecesario extra. De lo que iba su chamba era de llenar la pantalla y los escenarios con su sexual presencia.
En la actualidad, irrealidad al decir que ellas abandonaron el espectáculo y a los hombres, cuando en verdad ellas fueron las abandonadas, culpa del paso de los años. Así, como personajes de Enrique Serna, la Breeskin, Lin May, Mendoza y La Princesa Yamal, le echan crema a sus tacos al hablar de una carrera artística inexistente, a la cual se aferran al bailar en rincones de la cocina y en salones completamente vacíos.
“Vuelve al cabaret, no me importa ya tu suerte
ya no quiero más volverte a encontrar ni verte”
Como en “Luces de Nueva York”, aunque sin traición de por medio, las vedettes cayeron de un mundo “ideal” a lo más terrenal. La caída no fue leve, sino de trancazo y ya sin un cabaret donde refugiarse. Ahora, ese cobijo lo encuentran en la religión, amores encontrados (e inventados) y en la lucha de batallas que están destinadas a perder.
Ellas, así como las estrellas, brillaron cuando el sol se metía. Y así como astros, su luz todavía se alcanza a ver, aun cuando se extinguieron hace mucho tiempo. Su destello fue de lentejuelas, pero fue espectacular.
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Bellas de Noche se exhibirá hoy en el Vive Latino como parte de las actividades de la Carpa Ambulante. Mejor día no se puede: para completar la experiencia, en el escenario Indio Pilsner Plata se presentará La Sonora Santanera.
… Y para los que no asisten al festival, el documental está ya disponible en Netflix.