El audaz Javier Duarte lleva poco más de cuatro meses desaparecido, pero sus milagritos siguen apareciendo por doquier: de acuerdo con una investigación realizada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, el Gobierno de Chiapas habría contratado compañías ligadas a la red de empresas fantasma de Javidú. Tres de las empresas ligadas a la red de Duarte, documentada por el portal Animal Político, recibieron contratos por 118 millones de pesos durante la administración del exgobernador Juan Sabines.
El reportaje indica que entre 2010 y 2012 estas compañías obtuvieron licitaciones para realizar labores de outsourcing (suministraban personal para el sistema de transporte y ofrecían servicios de asesoría contable y administración) en el Sistema de Transportes Urbanos de Tuxtla —también conocido como Conejobús— en el que el gobierno chiapaneco tiene participación accionaria de 51%.
Según Mexicanos Contra la Corrupción, estas son las empresas involucradas:
1.- RAVSAN Servicios Múltiples, que recibió más de 68 millones 600 mil pesos.
2.- Comercializadora Pagoli, que obtuvo 27 millones 850 mil.
3.- Corporativo Lizgar, quienes ganaron 22 millones 736 mil pesos. Además de LG Asesores Corporativos SC, uno de sus colaboradores fue quien gestionó el registro legal de la marca Conejobús.
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Los contratos tenían vigencia hasta 2013 pero, de acuerdo con la investigación, una serie de irregularidades detectadas ese año en una auditoría, forzaron a su terminación anticipada. Las empresas veracruzanas contratadas por el exgobernador Juan Sabines, actual cónsul en Orlando, Estados Unidos, forman parte de una compleja red fantasma que comparte socios y domicilios, indica la organización. Para poner un ejemplo: solamente la comercializadora Pagoli recibió más de 30 millones de pesos de parte de las administraciones de Duarte y Sabines.
¿Y dónde está Javier Duarte?
El exgobernador de Veracruz sigue prófugo de la justicia. En estos meses le apareció un pasaporte al más clásico estilo de Los Simpson y una carta apócrifa con la cual se planteaba su regreso a la gubernatura. Lo acusaron de que su gestión administró quimioterapias falsas a niños con cáncer. Se dijo que estaba guareciéndose en un rancho en Chiapas, de acuerdo con el sacerdote Alejandro Solalinde, y algunos informes de inteligencia indicaban que su paradero era Centroamérica. Hasta la Interpol giró ficha roja para dar con Javidú. Al político priista se le busca en 190 países por sus milagritos, delincuencia organizada y lavado de dinero, aunque todavía no hay certeza sobre su ubicación.