De un rato para acá, cada vez que tenemos la intención de sacar una cuenta en algo, o registrarnos vía online, es un requisito demostrar que somos seres humanos. Constantemente hay que jurarle a los sitios de internet que no somos algún tipo de inteligencia artificial y para eso ha sido necesario desarrollar tecnologías que nos validen.
Los CAPTCHAS (Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart — prueba de Turing completamente automática y pública para diferenciar a las computadoras de los humanos) empezaron a usarse a finales de los 90 y desde entonces han mutado en divertidos exámenes. Algunas versiones de estas pruebas implican ver fotografías y decir qué hay en ellas, o unir opciones, o simplemente leer palabras completamente inteligibles. A últimas fechas, el más común es este:
Ya con eso creíamos tener la victoria en el bolsillo frente a los robots. Sin embargo, alguien construyó un brazo mecánico que logró vencer a este CAPTCHA con una sencillez preocupante, probablemente creando una paradoja con serias repercusiones en el mundo tecnológico –o tal vez no–.
El video se puede ver a continuación:
Pero todavía no cantes victoria, Skynet, porque detrás del manejo de ese brazo mecánico sigue habiendo un ser humano. Probablemente.