Viajar en metro es un infierno: ya sea por los numerosos casos de acoso sexual, agresiones verbales y físicas, los aglutinamientos dentro del vagón en hora pico (con su respectiva y repugnante paleta de olores), la permanente intromisión de mercaderes merolicos que lo mismo venden la pomadita de marihuana, el artículo de moda y novedad (¿ya vieron la bufandita que también se vuelve en un práctico gorro?) o el compilado de ‘Los Dioses de la Guitarra’ rebotando en las holguras del vagón a todo volumen.

Y ni qué decir del abordaje al tren: los empujones, arrimones, codazos, empellones, ‘dormilones’ —y hasta escupitajos— son el pan nuestro de cada día (¿padre mío, por qué nos has abandonado?). No importa que a la entrada de cada vagón rotule la leyenda “antes de entrar, permita salir“, en nuestro Sistema de Transporte Colectivo impera la ley del más fuerte, en detrimento del sentido común y todo atisbo de lógica.

Cada intento por abordar el metro se convierte en un violento moshpit que en lugar de ser musicalizado por Cannibal Corpse tiene como música incidental los éxitos de Radio Felicidad.

A partir del pasado domingo 4 de diciembre se puso en marcha una prueba para evitar este calvario a la hora de abordar el metro. Los andenes de la Línea 1 de la estación Balderas fue el escenario donde se implementó por primera ocasión “Antes de entrar, permita salir“, iniciativa del investigador y académico mexicano Carlos Gershenson con la que se busca sistematizar los ascensos y descensos del vagón de manera ordenada.

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El proyecto del investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México contó con el apoyo de las autoridades del metro, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, varios voluntarios y la misma institución educativa. ¿En qué consiste la iniciativa de Gershenson? A través de unas sencillas señalizaciones se le indica al usuario el área en que debe de aguardar mientras los pasajeros descienden del tren.

Con unas tiras amarillas también se muestra el punto exacto donde el metro abrirá sus puertas, evitando así que la gente se concentre en puntos sin acceso al convoy. Hasta ahora la iniciativa sólo se desarrolla en la estación del metro Balderas (allá donde el compositor tamaulipeco Rodrigo González “dejó embarrado su corazón” en una de sus hurbanistorias) aunque se prevé que el programa pueda expandirse a otras estaciones y líneas en el futuro.

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¿Quién es Carlos Gershenson y cómo funciona su sistema?

Gershenson es titular de investigación en la Universidad Nacional Autónoma de México con intereses en filosofía, vida artificial, evolución y sistemas auto-organizantes. En este esquema, utilizado en la prueba del metro Balderas, en lugar de diseñar un sistema tal cual, se diseñan sus componentes para que éstos mismos encuentren soluciones a problemas que cambian constantemente: es decir, se diseña un sistema que se adapte a las necesidades.

Tomando en cuenta cómo el desempeño de los servicios de transporte afecta a un gran sector de la población, la iniciativa del académico de la UNAM pretende mostrar que la auto-organización puede mejorar la calidad del viaje en metro.  Su propuesta tiene como principio el efecto slower-is-faster (lento-es-más-rápido), el cual postula que, si bien, los pasajeros tienen que esperar más tiempo en las estaciones, los tiempos de viaje se reducen al realizar los abordajes de manera organizada.

“La teoría indica que los pasajeros que llegan a las estaciones aleatoriamente serán servidos óptimamente si los intervalos de tiempo entre vehículos son iguales”, aunque con su sistema adaptativo se busca que el esquema se acondicione a las necesidades locales.  En este caso, el especialista consideró que antes de regular el comportamiento de los trenes, era necesario cambiar la cultura de los pasajeros, que en gran parte son responsables de los retrasos en el sistema de transporte.

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Con el modelo de Gershenson se busca optimizar el servicio del metro: una vez que el sistema sea replicado en otras estaciones y, en algún plazo, en todas las líneas del transporte, y la cultura cívica pulule en todos los usuarios de la limosina naranja, sólo tendremos que preocuparnos por los arrimones indiscretos, las crecientes agresiones sexuales, los carteristas, los vidrieros y cuál disco formato mp3 “con los temas del momento” tendremos que recetarnos a un estruendoso volumen.

FOTOS: @CGG_MX

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