Durante la pasada Copa del Mundo muchos se preguntaron ¿y bien, a qué hora aparecerá Lionel Messi? El argentino no tuvo el torneo que hubiera deseado. Metió cuatro goles pero cuando más se le necesitó no pudo demostrar todo lo que sabe hacer. Luego de que Alemania ganara el título la prensa mundial cuestionó ¿qué pasó con Lionel Messi?

Uno de los periodistas que mejor conoce al futbolista argentino es Guillem Balague. Además de ser todo un crack en cuando a los fichajes y autor de grandes libros, es uno de los personajes que más sabe acerca de “la Pulga” y en consecuencia es una voz autorizada.

En su última columna para el diario argentino Clarín, el periodista catalán habló sobre la situación de Messi en Brasil 2014. De acuerdo con él, la respuesta a ¿qué pasó con Messi? se resume en esto.

El argentino alcanzó las estrellas cuando Guardiola (y después Tito Vilanova) lo ubicaron como el falso nueve, a 20 metros de las porterías rivales. En esa nueva posición, el argentino rompió todas las marcas en cuanto a goleo y se descubrió el potencial de un jugador que parecía solo saber jugar pegado a las bandas.

No obstante, el cambio llegó con el Tata Martino y a su vez con Alejandro Sabella. Ambos entrenadores son de la escuela de aguantar atrás y salir a velocidad al contragolpe, algo que a Messi no le favorece, de acuerdo con Balagué.

A 50 metros del arco contrario es muy complicado convertir. Si además el futbolista está rodeado de defensores, la lógica consecuencia del miedo que crea al rival, la labor se hace más ardua. El Barcelona elabora su preparación física a menudo en espacios reducidos, incluidos partidos cortos, para que jugadores como Leo no hagan recorridos largos en busca de las oportunidades de gol. El objetivo es que corra lo menos posible y que sea la pelota la que lo haga. En términos de condición física, las posiciones retrasadas requieren otro tipo de exigencia. Ni Xavi, ni Iniesta, ni Messi, ni Pedro tienen la capacidad física para defender a 50 metros del área y al mismo tiempo llegar con la pelota dominada para marcar en el arco contrario.

En Barcelona se planteó que Messi, ni el resto de los jugadores, correrían más que la pelota. Ellos están “educados” para un juego posicional pero algunos decidieron arriesgar y transformaron ese estilo a uno más estático y contragolpeador. Uno de ellos fue Alejandro Sabella.

Durante la Copa del Mundo, Messi, junto con otros jugadores, hablaron con el entrenador para que cambiara el sistema, a pesar de haber vencido a Bosnia. Ya para el juego de Irán se cambió a un 4-3-3 pero el ritmo intenso de los rivales y el clima, fueron enemigos del estilo que más beneficia a “la Pulga” y Sabella se murió con la suya: “nos paramos bien atrás y salimos a velocidad”. Argentina llegó a la final pero la perdió con un equipo que, curiosamente, tenía la influencia del mentor de Messi, Josep Guardiola.

sabella prensa

Ahora, para el nuevo proyecto del Barcelona, directiva y cuerpo técnico pretenden que el “10” sea el eje del equipo. Tendrá por delante a Neymar y Luis Suárez, lo que le quitará mucha marca al argentino y podrá llegar al área solo recorriendo máximo 20 metros.

Guillem Balagué también tuvo un apunte acerca de los “vómitos” que Messi presentó durante algunos juegos del Mundial.

Hace años le descubrieron que su hiato no cierra bien y le sube el reflujo estomacal. Como consecuencia, el jugador tiene arcadas y expulsa flema. Se le han hecho pruebas pero nunca se ha considerado necesario ir más allá del uso de un antiácido, o un bicarbonato antes de los partidos, aunque no siempre funcione.

Ahí lo tienen. Esa fue la voz de un experto que realmente conoce a Lionel Messi.

*** Vía Clarín

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