Dicen que los árbitros son los más odiados dentro del terreno de juego, pero esta vez, sin deberla ni temerla y obviamente sin intensión, un juez fue lastimado, a tal grado que tuvo una fractura de tibia y peroné, todo por estar justo donde debía.
Se llevaba a cabo un partido de rugby entre el Racing Métro 92 y el Montpellier, donde un marcador de 17-15 ponía las cosas bastante apretadas y forzaba a los jugadores a dar el máximo, hasta que en un jugada en la que Van Der Merwe y Etebanez que fueron en busca de Julien Tomas, les falló el tino y se llevaron al juez de corbata.
Chequen no’ más la escalofriante imagen, sucede pocas veces en el deporte y le tocó a Raynal:
A estos hombres les vale sombrilla quién o qué está en su camino, ¿le habrá quedado claro al silbante?