Ahí no existía la lluvia. En uno de los glaciares más gélidos del mundo, en las fronteras del Polo Norte, no se había visto jamás —al menos en la historia registrada— una precipitación. Hasta esta semana, que se prendieron las alertas climáticas en Groenlandia.
No quisiéramos hacerle como el Profesor Cocoon, pero esta lluvia a 3 mil 200 metros de altura sacó de onda al mundo entero.
Todo sucedió el pasado 14 de agosto cuando se cumplía un periodo de tres días calurosos —casi 18º C más calientes de lo normal, según the Guardian— en este punto remoto de Groenlandia.
El glaciar, en específico, es conocido como Cumbre, por ser el punto más alto, congelado y en el que, además, nunca se había registrado una lluvia. De hecho, ni siquiera se sabe cuánta agua se vino en la precipitación de esta semana porque los científicos que estudian la región no tienen los instrumentos.
Fue hasta el 23 de agosto que la glacióloga danesa Nanna Karlsson (@icymatters) y su equipo, instalaron el primer medidor de lluvia en la zona. Jamás pensaron que se usaría.
La temperatura, además, se mantuvo durante 9 horas arriba del punto de congelación.
¿Por qué es importante la lluvia en Groenlandia?
En Groenlandia suele llover y por supuesto, también llueve en algunos de sus glaciares, pero en la Cumbre —el punto más arriba de 3 mil 200 metros— jamás había sucedido.
“No es una señal saludable para una capa de hielo”, dijo Indrani Das, especialista del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, citado por la BBC en una nota al respecto de este caso. “El agua sobre el hielo hace que la capa de hielo sea más propensa a derretirse en la superficie”.
Y es precisamente el derretimiento de los glaciares en Groenlandia que llega a un punto preocupante.
Según el Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve —NSIDC en inglés— el derretimiento estuvo muy canijo. En un punto alcanzó regiones de 872 mil kilómetros cuadrados. De acuerdo con sus medidas satelitales, este sería el tercer evento del estilo más rudo en la historia registrada.
“Lo que sucede no es simplemente una década cálida en el patrón climático”, comentaba un especialista de la NSDIC a The Guardian. “Esto no tiene precedentes. Estamos cruzando parámetros que no habíamos visto en milenios”.